CAPITULO 23: Sueltame.

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POV DANIELA:

Una estúpida eso es lo que había sido con Poché.

No había día que no me regañara internamente por eso, siempre hacía todo mal, siempre lo arruinaba.

Poché había cedido a estar conmigo, había abierto sus sentimientos esa noche que hicimos el amor en su habitación y me aseguro que era lo único que quería y necesitaba en su vida.

Y yo lo había arruinado.

No respondía mis llamadas, ni mis mensajes, ni mis mails, simplemente me dejaba en visto o no atendía el celular.

Le enviaba de vez en cuando mensajes a Andy preguntando como estaba Poché, ella me respondía que no hablaba casi con ella, que últimamente andaba de un genio incontrolable, que apenas y comía y que no era la misma desde el día que me dejó en el aeropuerto, simplemente se encerraba en su oficina y no salía hasta muy tarde.

Sentía un vacío en mi pecho desde ese día, se veía la tristeza en sus ojos y la realidad era que yo estaba igual que ella.

Me sentía muy triste, apenas y probaba bocado, solo me encerraba en mi oficina para trabajar y olvidarme se todo aunque fuera imposible.

Poché podría cansarse de esperarme, de perdonarme y la realidad era que tal vez y ya lo había hecho. Me dió la oportunidad de volver a su vida y yo la había cagado.

¿Y si encuentra a alguien mejor que yo?

Me estremecía de solo pensarlo.

— ¿Señorita Calle?

— Lo siento. ¿Pasa algo?

Adrian estaba parado a lado mío con la puerta abierta esperando que bajara con cara de preocupación.

— Hemos llegado señorita.

¿Cuanto tiempo llevábamos aquí?

— Gracias, te envío mensaje cuando vaya a salir.

Adrian asintió.

Salí del elevador y me encontré con la mirada de Ale.

— Buen día señorita Calle.

— Buen día Ale.

— ¿Algún recado?

— Ninguno señorita.

Esperaba que al menos Poché o Andrea se comunicaran.

— Gracias Ale.

Ale asintió y yo caminé hacia mi oficina.

Días anteriores había hablado con Andrea, por lo que dijo Joel y Valentina viajarían a Los Ángeles recordé inmediatamente lo que Poché me había dicho al respecto, Joél grabaría unos temas para presentarlos a sus productores y si todo salía bien empezarían con las grabaciones de su álbum.

Mientras estoy en la oficina reviso mis e-mails y mi celular con la esperanza de que Poché hubiera respondido alguno de ellos pero nada.

Estaba cumpliendo su palabra, nuestra relación iba a ser estrictamente laboral y eso me estaba doliendo.

No podía acostumbrarme a esto, ella siempre dolía, siempre estaba presente. Como un constante dolor de cabeza que mientras estoy trabajando disminuye pero al final del día en mi soledad se vuelve a intensificar.

Tomo aire fuertemente con la intención de aliviar un poco el vacío que hay en mi pecho pero es imposible, un vació que ha estado presente desde que Poché me dejo en el aeropuerto.

No sin ti. (Caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora