No sin ti. (Caché)

CAPITULO 51: Sí, si es contigo.

POV POCHÉ:

Me arrodillé mostrándole el anillo de compromiso y la miré fijamente, en ese momento el tiempo se detuvo.

— Daniela Calle, mi amor ¿Quieres casarte conmigo? —

Los nervios estaban consumiéndome, Daniela estaba en shock, sus ojos estaban llenos de lágrimas, sus manos sobre su boca y yo me volvía loca por saber la respuesta.

En ese momento recordé todo lo que anteriormente habíamos pasado, nuestra estropeada relación, su relación con Felipe, mi matrimonio con Mario, nuestro reencuentro, nuestra visita a Cartagena, la firma del cambió de propietario de la empresa, cuando me sorprendió en mi oficina después de que Felipe intentó abusar de ella, cuando le pedí que fuera mi novia, cuando viajamos a Bogota para ayudar a su familia, cuando la busque en su departamento y Felipe me había disparado, cuando viajamos a Miami, nuestra pelea en Miami, cuándo me regaló a Ramón, cuando peleamos antes del evento y nuestra noche en el hotel, hasta que llegamos aquí.

Volví a la realidad esperando respuesta de Daniela quien aun tenía sus manos cubriendo su boca.

— ¡Si, claro que si me quiero casar contigo!— Dijo haciéndome sonreír, se abalanzó sobre mi para conectar nuestros labios — ¡Te amo, te amo, te amo! — Dió varios picos en mi boca.

En ese instante la felicidad recorrió todo mi cuerpo, con la respuesta que anhelaba escuchar de sus labios, sentía que estaba soñando.

Nos retiramos un poco, tomé el anillo de la pequeña caja para colocarlo en su dedo anular mientras los fuegos pirotécnicos comenzaron visualizarse en el cielo.

— Te amo mi amor— Dije cuando terminé de colocar el anillo poniéndome de pie para apreciarlo, era una joya preciosa y en la mano de mi prometida se veía aun mejor.

Dani volvió a abrazarme.

— Me haces muy feliz — Susurró en mi oído, yo me retiré un poco para poder ver su cara y acariciarla con mis manos.

— Me siento completa contigo mi amor — Confirmé, me acerqué a ella para besarla tierna y lentamente.

Daniela me tenía loca de amor, no veía mi vida sin ella y ahora pronto sería mi esposa eso hacía que mi corazón quisiera explotar de felicidad.

Él yate se detuvo en el muelle, Daniela y yo nos separamos sonriéndonos la una a la otra.

— ¿Bajamos? — Pregunté, ella asintió y tomé su mano para bajar del yate.

Cuando pisamos el muelle caminamos unos pocos metros antes de encontrarnos con el capitán Hernandez quien nos felicitó por nuestro compromiso al igual que nuestros guardaespaldas.

— ¿En donde estamos amor? — Preguntó mi novia mientras caminábamos.

— En Tulúm — Aclaré su duda — Aquí pasaremos el resto de los días mi amor, te encantará —

— Mientras sea contigo todo me encanta — Dijo mirándome fijamente, yo detuve nuestro caminar para darle un beso.

Me sentía tan plena a su lado, era increíble que Daniela Calle ahora era mi prometida.

Caminamos algunos metros por un camino que nos guió hasta una habitación cerca de la playa, subimos unos pequeños escalones hacía la habitación que nos correspondía, ingresando en ella.

Daniela entró primero, como de costumbre apreció cada detalle. El lugar era hermoso, la habitación era muy amplia y lujosa, tenía inmensos ventanales y estaba prácticamente sobre el mar, incluyendo alberca propia y una terraza que nos permitía bajar directamente al mar sin problema. El agua turquesa del mismo hacía que todo se viera más hermoso y acogedor. Era el lugar ideal para descansar.