CAPITULO 48: Reunión privada.

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POV POCHÉ:


Miraba a mi costado derecho, Daniela estaba boca abajo profundamente dormida.

Después de haber hecho el amor con ella la noche anterior caímos rendidas en un profundo sueño.

Acaricié su brazo el cual estaba aferrado a mí sobre mi abdomen, había amado cada centímetro de su cuerpo, no había sido como las veces anteriores, anoche en especial dedique mi tiempo a demostrarle cuanto la amaba, lo importante que era para mí y que era la única persona en mi vida.

Daniela hizo lo mismo conmigo, me amó totalmente hasta que ninguna de las dos pudo más, nos abrazamos y fue como quedamos dormidas aferrada la una a la otra. 

Mi novia tenía muchas inseguridades y sabía que no era por mí, si no por las personas a nuestro alrededor, yo lo único que quería hacer protegerla.

Tomé mi celular para ver la hora 6:35 am, suspiré decepcionada, tenía que ir a la oficina a verificar que todo estuviera en orden para mañana.

No quería separarme de mi castaña, después de estos días tan caóticos, estresantes y tensos lo único que quería era estar con ella todo el tiempo.

Anoche había llamado a Sebastian para que por la mañana trajera ropa para nosotras, el sonido de alguien llamando a la puerta hizo que con cuidado bajara de la cama caminando con rumbo a esta y abrirla.

Sebastian entregó varias bolsas de papel en mis manos, le agradecí y este se retiró no sin antes notificarme que estarían esperando abajo.

Regrese a la habitación, Daniela seguía en la misma posición en la que la dejé haciéndome sonreír, me acerqué un poco a ella recargando ambas manos sobre el colchón para inclinarme y quedar a la altura de su perfecta cara.

Comencé a dar pequeños besos por toda su cara, también con la punta de la nariz hacía pequeñas caricias, ella se removió tranquilamente hasta que poco a poco fue abriendo sus ojos enfocándome, me regaló una tierna sonrisa la cual hizo que le diera un beso.

— Qué hermoso despertar — Dijo con voz ronca soltando un suspiro.

— Lo mismo digo — Respondí besando la comisura de sus labios, Daniela seguía en la misma posición sin moverse, cerró sus ojos mientras yo continué con mis besos y caricias recostándome un poco en la cama.

— Podría acostumbrarme a despertar así siempre  — Sonreí con sus palabras, yo también podría acostumbrarme a despertarla siempre con besos

— Yo también mi amor — Dije frenando mis cariños, ella abrió los ojos inmediatamente — Tengo que ir a trabajar — Aclaré el por qué no podía seguir recostada con ella, Daniela hizo un puchero tierno

— No vayas — Se abrazó de mi cintura — Quédate conmigo — Pidió con voz de bebé mientras yo la miraba y moría de amor

— Tengo que ir bebé, debo supervisar todo — Acaricié su brazo, tampoco quería despegarme de ella pero hoy sería imposible no hacerlo, tenía obligaciones

Daniela se incorporó en la cama para sentarse en ella, yo repetí su acción.

— Por favor —

— No puedo mi vida — Acaricié su mejilla — ¿Qué te parece si desayunamos aquí y luego paso por ti para comer? — Tenía reservada la habitación hasta el sábado por la mañana que sería el momento en el que saldríamos a nuestro viaje.

Ella me regaló una sonrisa traviesa y se acomodó para sentarse a horcajadas sobre mis piernas enredando sus brazos en mi cuello, dando un beso tranquilo.

No sin ti. (Caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora