Ainoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigos lo puede contar con los dedos... Y aun así le sobran dedos. Tiene una voz diminuta que le habla de...
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Noah mantiene su brazo alrededor de mis hombros como todo un macho territorial mientras sostiene la mano de Morgan. Esto parece un mal trío, uno muy malo. Quiero alejarme de él lo suficiente para que la gente no piense que está con las dos pero el no me lo permite y me da una que otra mirada mordaz a Stephen.
Estos celos me hacen daño, me enloquecen.
Jenell camina junto a mi, habla de algo con Edwin que no entiendo mientras Stephen esta al lado de Edwin y se une a la conversación. Si alguien me hubiera dicho que estaría rumbo a mi casa con Stephen y el resto de mis amigos me hubiera reído, porque él y yo jamás hablamos.
Noah se detiene en seco, me cuenta cuando dejó de sentir su brazo alrededor de mis hombros y tengo que girarme para saber que le a pasado. Sus ojos recorren a una persona al otro lado de la calle y aprieta sus puños con demasiada fuerza. Es ahí cuando Jenell me da un empujóncito en el hombro para que mire hacia adelante.
Axel esta apoyado en su auto, como siempre hace cuando viene a buscarme, tiene lentes se sol oscuros y va vestido de traje y corbata. Muy elegante para venir a buscar a alguien a un instituto. Trago saliva. Las palabras de Bonie se reproducen en mi mente una y otra vez hasta que doy un paso atrás.
No creo estar preparada para hablar con él, ni hoy ni nunca. No después de lo que me he enterado. No después de que me mintió durante meses.
Siento asco de mi misma cuando lo miro, porque me acoste con alguien comprometido. Y quizás estoy haciendo un gran drama de todo esto pero yo lo veo como un pecado que no tiene perdón. Se que bajo esos lentes obscuros me esta recorriendo de arriba abajo con su mirada y si estuvieras en otra situación diría que eso me haría sentir especial pero ya no.
— Tranquila – Me susurra Jenell – Trata de no delatarte.
Me doy cuenta de que mi expresión da mucho de que hablar y la cambió tan rápido como puedo. Finjo que no me afecta su presencia.
— ¿Otra vez él? – Noah gruñe detrás de mí – ¿Es que no tiene vida propia?
Logró escuchar el golpe que Morgan le da a Noah, en otras circunstancias me hubiera reído pero no es el momento para eso. Se que no voy a poder evitar que Axel hable conmigo.
Quieras o no.
Doy un paso lejos de ellos y me armo de valentía para acercarme a él. ¿Por qué de pronto todo se volvió tan difícil? Me muerdo el labio a medida que me acerco a él, se aleja un poco del auto y se quita los lentes de sol. Cuando su mirada conecta con la mía quiero retroceder los pasos que di. Pero es como un videojuego, una vez entras a la partida final con la hidra no puedes retroceder.
— Tenemos que hablar.
Quiero creer que lo dice como una petición, como si me rogara por que lo escuchara. Pero no es así, todo con Axel son ordenes que debo seguir quiera o no, porque me tiene contra la espada y la pared.
