Ainoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigos lo puede contar con los dedos... Y aun así le sobran dedos. Tiene una voz diminuta que le habla de...
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— De entre todas las cosas que espere que iba a hacer no espere esa.
— ¿Quien creen que sea? ¿Alguien del instituto?
— Pensé que haría lo mismo de siempre.
Quiero abrir un hoyo en el suelo y meterme dentro para después cubrirme con la tierra. En su momento no lo había pensado con claridad, no pensé en la vergüenza que sentiría cuando todo acabará y tuviera que seguir con mi vida normal.
Si, estaba acostumbrada a este tipo de comentarios luego de las transmisiones, pero esto era completamente diferente. Siempre las hice sola, siempre era yo, y ayer fue competente diferente. Axel estuvo ahí todo el tiempo y en su momento no me importo porque me gustaba tenerlo cerca.
Me dejó caer junto a Noah y apoyo mi cabeza en su hombro para dejar de escuchar tantas cosas de Tasha. No tengo ni la menor idea de que están hablando mis amigos y parece que tampoco tengo interés en averiguarlo. Jenell esta sentada a unos metros de mi y durante todo el día la he evitado porque no quiero tener una conversación con ella acerca de lo de ayer. Me es vergüenza que Jenell me haya visto, probablemente lo hizo o tal vez no y solo se entero por los chismes en el pasillo.
No entiendo porque te avergüenza, ya te a visto antes.
No es la primer vez que hago algo así en público, he hecho cosas peores pero siempre fueron sola y quizás, solo quizás, Jenell a visto algunas. Siento como el calor trepa por mis mejillas rápidamente y quiero que la tierra me trague por tercera vez en el día.
Stephen se sienta delante de mí con una manzana en su mano y Noah lo saluda con un movimiento de su cabeza, me sonríe de medio lado e imitó su acción.
— ¿Quieres venir con nosotros a El Infierno? – Me dice Edwin.
— ¿Ustedes no hacen más que pensar en fiestas? – Escupo con amargura.
Mi intención no era que sonara de esa manera, como si me molestara que mis amigos disfrutarán de su juventud. Supongo que toda esta situación está comenzando a afectarme. Noah me mira con una cena alzada al igual que Edwin. Suspiro acurrucandome más cerca de Noah, a él no parece molestarle ya que siempre hago esto.
— Lo siento – Murmuró.
— Esta bien – Dice Jenell mirándome.
Apartó la mirada de la de ella.
— ¿Qué tal una Rave? – Propone Stephen al mismo tiempo que mastica la manzana en su boca.
Todos volcamos nuestra atención a él. No tengo ni la menor idea de que demonios es una Rave pero se escucha como uno de los personajes de DC.
