CUARENTA Y TRES

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Se siente raro ser yo misma en una habitación que se supone que no es mía, porque si, podrá estar conectada con mi habitación pero no soy yo la que siempre está aquí, no es Ainoah la que se sienta en la alfombra

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Se siente raro ser yo misma en una habitación que se supone que no es mía, porque si, podrá estar conectada con mi habitación pero no soy yo la que siempre está aquí, no es Ainoah la que se sienta en la alfombra.

Me acomodo la camiseta negra que llevo puesta, llevo uno de mis pantalones favoritos, es ancho y no puede notarse si mis piernas con muy delgadas o regordetas. Peino mi cabello hacia atrás y mis dedos tiemblan, todo mi cuerpo tiembla. Creo que va a darme un patatus en cualquier momento, que quedaré como el chavo del ocho engarrotada por el susto.

Quizás estoy cometiendo un error, bueno, soy un error con patas. No se de donde se me ocurrió la idea, ni se cuando se me metí en la habitación de Tasha y me dispuse a afirmar que si, Tasha Korovin soy yo, el bicho raro de Ainoah Sellers.

Irónico.

Sonrió a mi reflejo pero solo puedo hacer una mueca, una simple y sin sentido alguno. Aparto la mirada y miro por encima de mi hombro la pantalla y la cámara sobre ella a la espera de que me siente y le de clic al en vivo.

Suspiro y trató de relajar mi cuerpo mientras camino hacia la alfombra y me siento sobre ella. El teclado 3sta delante de mi, las luces de colores de cada letra titilan sin parar ¿por que se me ocurrió la idea de ponerme luces a mi teclado? Meneo la cabeza porque le estoy dando muchas vueltas a esto y sin más presiono enter.

La pantalla delante de mi se ilumina y puedo verme en ella, con mi ropa ancha, mi cabello castaño y mis ojos cafés, si, soy una simple chica. El número de vistas comienza a subir y los comentarios no tardan.

«Por dios, es ella, es Ainoah.»

«Osea que es verdad, el bicho raro es Tasha.»

«No me lo creo, de seguro invento todo esto para conseguir fama, es un cero a la izquierda que quiere ser importante.»

«¿Por qué no habla?»

El estómago se me revuelve con fuerza y siento que voy a vomitar, no sé si son los nervios o el hecho de que hay un pequeño ser en mi vientre que me obliga a tener náuseas la mayor parte del tiempo. Y si, no hay nada peor que tener náuseas y no poder vomitar.

Meneo la cabeza y la comisura de mis labios se alzan en una sonrisa, la misma que pone Tasha en cada uno de sus videos.

— Hola, amores – Saludo moviendo mi mano.

«Joder, es ella ¡Es Tasha!»

«Te amo, no me importa si eres Ainoah o Tasha»

— Bueno, ya me di cuenta que todos ya saben mi oscuro secreto.

«Solo eres una tonta que quería llamar la atención, claro, como nadie le prestaba atención a Ainoah decidiste convertirte en otra»

Si, las palabras duelen, y eso comprueba el hecho de que las palabras duelen mucho más que un golpe o un corte profundo en la piel.

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