CUARENTA

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— Entonces decidi que lo mejor que podía pasarme este año es esta maravilla – Dice Noah señalando El auto delante de nosotros.

Entre cierro los ojos y asiento lentamente mientras lo miró, me hace un mohín obligándome a reírme y me empuja hacia el auto para que lo vea más de cerca. No tengo ni la menor idea de autos, soy muy mala en eso, soy un asco mejor dicho, pero este es bonito e incluso parece que un ladrón seria capaz de matar por él, bueno los ladrones hacen cualquier cosa.

Noah se apoya en el auto con los brazos cruzados, agradezco que ya nos hayamos graduó puesto que si no fuera así Noah llegaría cada mañana al instituto creyéndose el mejor de todos. Bueno, ya de por si tiene el ego alto.

— Es bonito – Murmuró.

— Por supuesto que si – Dice pasando su mano por el auto de color naranja.

— ¿Por qué naranja? Es muy llamativo ya de por si.

— Es bonito y punto.

Alzó las manos. Me obligó a salir de la cama solo para mostrarme el auto que sus padres le regalaron por su graduación, a mi no me dieron nada y si tenían planeado hacerlo ya todo quedó arruinado después de lo que pasó. Solo han pasado dos días, dos días en los que no he cruzado palabra con mi padre a pesar de que a insistido que debemos hablar.

Si, estoy evitandolo a toda costa.

— Necesito que me hagas algunas fotos para Instagram.

Había tardado mucho en pedirlo. Asiento, no tengo problema en ayudarlo, de hecho eso me servirá para distraerme un poco. Apartó la mirada de él hacia el auto que se detiene junto a nosotros, es mi padre, por supuesto.

Me abrazo a mi misma, voy en pijama y si no fuera porque todo me da igual ahora estaría muriéndome de vergüenza porque algún vecino me viera, ridículo en exceso. Baja del auto dando un portazo y su mirada se cruza con la mía, ninguno de los dice algo y tampoco quiero que lo haga.

Camina hacia la casa como si no me hubiera visto y entra dejándonos solos. Noah me mira con el ceño fruncido.

— ¿Por qué tan fríos? – Alza una ceja.

— Digamos que las cosas no fueron tan bien después de la graduación.

— ¿Ya lo sabe?

Se a lo que se refiere, no tenía planeado decirle a mi padre que estaba embarazada de esa manera, ni siquiera tenía planeado que se enterara por boca de alguien más. Asiento y Noah silba a mi lado apoyándose por completo en el auto, lo imitó mirando hacia el interior de la casa a través de las ventanas.

Mi abuela esta discutiendo con Morty, no se que es lo que hizo pero ya me parece normal en ellos, mi abuela lo regaña todo el tiempo.

— ¿Tan mal se lo tomo? ¿No te habla por eso? – Murmura.

— Yo no lo le hablo a él.

Aunque ahora que Noah lo menciona ¿soy yo quien lo a estado evitando o él a mi?

— ¿Que fue lo que pasó?

Lo miró de reojo, ojalá pudiera mentirle a él y decirle que no pasó nada, que es solo porque mi padre se entero de mi estado pero no puedo. Noah sabe cuando miento y a veces me molesta eso.

— Axel y yo somos hermanos – Suelto.

Decirlo en voz alta hace que todo se sienta mucho más real, no he querido pensar en ello pero es imposible. Es como cuando te dicen que no pienses en un pingüino y tu terminas pensando en el maldito pingüino quieras o no. Ahoga un jadeo y me mira con los ojos muy abiertos. Apartó la mirada hacia él suelo esperando a que explote o me diga algo más, que grite de la sorpresa pero jamás pasa.

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