| E P Í L O G O |

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- Solo una más - Pide apoyándose en el barandal

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- Solo una más - Pide apoyándose en el barandal.

Asiento y me coloco de cuclillas para tomarle la foto, finge que es una foto distraída cuando en realidad a girado el rostro apropósito. Noah vuelve a mirarme y se baja los lentes un poco al mismo tiempo que agacha la cabeza para que pueda mirarlo a los ojos y aprovecho la oportunidad para tomarle otra foto.

Cuando he terminado Stephen me ayuda a levantarme y Noah se acerca trotando hasta mi. Coloco la cámara delante de todos y paso las fotos una a una.

- Salgo muy bien en esta, parezco sugar baby - Se ríe y Stephen coloca los ojos en blanco.

- Ni de lejos serias un sugar baby.

- ¿Tu que sabes? Tu no sabes nada - Me quita la cámara para ver las fotos el solo.

Noah se aleja para volver a apoyarse en el barandal y mentalmente deseo que una ola le empape los pantalones, luego recuerdo que tiene mi cámara y me retracto de mis palabras. Stephen aprovecha que estamos solos para pasar su brazo alrededor de mis hombros y me pego a su cuerpo con una sonrisa.

- No se como puedes soportarlo, a veces es un poco ñoño - Murmura.

Miro a Noah y luego a él.

- Tu también eres ñoño a veces.

En fin, la hipocresía.

Hace un mohín me abraza con más fuerza obligándome a golpearlo porque no me deja respirar y me siento incomoda. Me alejo de él y me acomodo la camisa que se me a subido.

- Dentro de poco ya no podrás abrazarme - Murmuro muy bajito.

Stephen se queja de mi y de mis quejas sobre mi barriga inflada, por dios, es que parezco un globo y mi ombligo es el nudo. Hace una mueca de disgusto y aparta mis manos para colocar las suyas sobre mi globo gigante.

- No digas tonterías, es temporal, además podría abrazarte por detrás o de lado como ahora - Sonríe.

Ainoah, no, ni se te ocurra.

Trato de contener la sonrisa pero no puedo, una de las comisuras de mis labios se curva hacia arriba y aparto un mechón de mi cabello de mi mejilla llevándolo hasta detrás de mi oreja. Stephen coloca los ojos en blanco inmediatamente haciéndome reír.

- Tienes la mente muy sucia.

- Ay, vamos, no es para tanto - Le doy una palmada en el hombro.

Menea la cabeza y se acerca a Noah dejándome sola. Al otro lado del puente está mi abuela charlando con una mujer que no conozco, se que me la presento pero justo ahora ya no recuerdo cual es su nombre. Me apoyo en el barandal mirando el mar que se extiende hasta más allá de donde mi vista puede llegar.

Hawai era justo lo que esperaba, todo es hermoso y dan ganas de quedarse a vivir de por vida... Bueno, he dicho lo mismo de los últimos nueve países que hemos visitado, todos me gustan y supongo que es normal teniendo en cuanta que he vivido toda mi vida en Virginia.

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