Ainoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigos lo puede contar con los dedos... Y aun así le sobran dedos. Tiene una voz diminuta que le habla de...
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Es como si todo a mi alrededor se detuviera, como si alguien tomará un control y le colocará pausa a todo y a todos. No siento que nadie se mueva, ni siquiera se si en realidad estoy respirando o si estoy aquí realmente. Mis ojos se mueven sobre la pantalla leyendo cada palabra, viendo cada imagen, viéndome a mi misma ebria. No logro escuchar nada más que un zumbido en mis oídos, se parece al mismo zumbido de cuando te golpeas muy fuerte pero se que no me he golpeado.
Tomo una bocanada de aire y todo vuelve a la normalidad, escucho el respirar de Noah y a Morty rascarse debajo de su collar, escucho a mi padre dejar la cuchara sobre el plato para mirarnos pero yo no puedo moverme. Mi cuerpo no reacciona a las demandas de mi cerebro por más que trate. ¿Esto está pasando realmente? ¿Estoy soñando tal vez? ¿Es mi mente jugando conmigo de una manera retorcida?
Noah me toma de la muñeca y aparta el celular de mi mano, el repentino movimiento me hace salir de mi estado de shock y alzó la mirada hacia él hecha un manojo de emociones, me recorre el rostro con la mirada y trato de descifrar que es lo que esta pensando, que es lo que piensa de mi pero no encuentro nada.
El celular de mi papá suena dentro de su saco de vestir y el corazón se me detiene en el pecho por una fracción de segundo, todos me miran a la espera de que haga algo pero no puedo moverme ni mucho menos hablar. Tengo un sabor amargo en la boca, un nudo en el estómago y el pulso me late a toda velocidad.
Aprieta su agarre en mi muñeca y vuelvo a mirarlo, frunce el ceño un momento pero luego parece ver algo en mi que lo hace relajarse. Suspira y agacha la cabeza. Por un momento creo que va a explotar, que va a gritarme delante de todos pero no lo hace.
— Ainoah y yo debemos irnos – Murmura sin alzar la cabeza.
— ¿Que a pasado? – Pregunta mi abuela.
Miró a Noah una vez más, no alza la mirada hacia mí ni hacia nadie. Me aprieta la muñeca con su mano pero no me hace daño, se que esta molesto e incluso decepcionado.
— Morgan a tenido un problema – Me mira.
Me lleva un momento entender que es lo que quiere de mi, entendér por qué me mira.
— Si, Morgan nos necesita – Susurro dándoles una rápida mirada.
Noah se levanta y me suelta, me quedo de piedra en la silla cuando lo tengo de frente y me siento miniatura en comparación con él. Le sonríe de medio lado a mi familia pero es mas como una mueca forzada. Hace un movimiento con la cabeza para que lo siga y juro por dios que lo he escuchado gruñir como un animal rabioso.
Abro la boca para decir algo casi al mismo tiempo que mi padre y mi abuela, salto de la silla sin siquiera pensarlo y camino detrás de Noah sin decir nada. Sale de la cocina sin mirar atrás y me giro para mirar a mi familia, tienen el ceño fruncido pero más mi padre quien a sacado su celular. Alza la mirada hacia mi con los ojos muy abiertos, me mira de la misma manera que cuando se entero de Axel y yo. Corro detrás de Noah para evitar que pueda detenerme y salgo de la casa apoyando mi espalda en la puerta.
