Heridas de Amor... {WangXian}

I

Era el tan esperado día de su boda. Wuxian estaba que saltaba de la enorme felicidad que sentía. Nada se podía comparar con sentirse tan dichoso de unir su vida con quien él consideraba que era el amor de su vida. Xichen era todo y más de lo que Wuxian quería en una pareja.

Aunque su compromiso había sido arreglado por sus familias, con el pasar del tiempo llegaron a conocerse y a quererse. Xichen era el primer amor de Wuxian, su primera ilusión.

Lo que Wuxian desconocía era que su flamante prometido no lo quería de la misma forma y veía ese compromiso como solo una obligación que tenía que cumplir si o si. El jade mayor estaba enamorado de otra persona, de alguien que estaba más que prohibido para él.

Jiang Cheng era el dueño de su corazón y el hermano menor de su prometido. ¿Cómo fue que se enamoraron? Ni ellos lo sabían, solo sabían que había sucedido sin querer. Ambos se sentían culpables de aquellos sentimientos, no querían lastimar ni romper el corazón de Wuxian.

Pero si Xichen y Wanyin se amaban tan profundamente ¿por qué ellos no eran prometidos y en cambio era Wuxian? Simple, A-Cheng aún era menor de edad cuando concertaron el compromiso, por lo tanto fue descartado inmediatamente. Además en ese tiempo ellos aún no se enamoraban y Xichen solo lo veía como "el tierno hermanito de A-Xian".

Xichen se moría de la culpa, estaba a pocos momentos de enlazar su vida con alguien que no amaba. Él al principio había estado de acuerdo, creyendo que en el camino se enamoraría de su prometido, pero no fue así y en cambio su corazón cayó por su cuñado. ¿Qué debía hacer? ¿Seguir a su corazón y quedarse con Wanyin? ¿Casarse con Wuxian y hacer lo mejor para sus familias? ¿Ser feliz o vivir en un matrimonio sin amor? ¿Amor u obligación? ¿Jiang Cheng o Wei Wuxian?

Suspiró resignado. Ya era demasiado tarde para arrepentirse, tenía que casarse aunque no quisiera y renunciar al amor.

—Hermano. —Llamaron a su puerta y su hermano ingresó.

Lan Wangji sabía lo que su hermano estaba pasando. Él estaba consciente de los sentimientos que Xichen tenía por su cuñado ya que él mismo se los había confesado una noche en la que la culpa le carcomía el alma. Wangji trató de entenderlo y apoyarlo, pero el deber para con su familia era mayor y ambos sabían que no podían deshacer el compromiso. Wangji solo deseaba que el casarse con alguien que su hermano no amaba valiera la pena.

—Ya es hora. Tienes que ir. —Su voz carecía de emoción al igual que su expresión, aunque por dentro estaba preocupado.

—Enseguida voy. Dame un minuto. —No había vuelta atrás. Tendría que casarse.

Wuxian estaba impaciente, emocionado, nervioso. No veía la hora de enlazar su vida a ese hombre que lo había enamorado. Pronto se convertiría en el señor de Lan Xichen y su vida llena de felicidad y dicha empezaría.