Wei Wuxian, un omega que había sufrido el peor dolor por causa de la traición más amarga a manos de 2 personas que él amaba con su vida.
Lan Wangji, un alfa que se quedó plantado el día de su boda y con el corazón roto gracias a quien él consideró "...
Seis meses habían pasado desde que los gemelos habían nacido. Muchas cosas sucedieron para la familia Lan-Wei en ese tiempo. Al principio, las cosas no fueron fáciles para los nuevos padres, aún cuando Wuxian ya tenía experiencia con Jingyi, Lan Zhan no tenía demasiada, ya que él solo lo solía visitar fines de semana. Pero acostumbrarse a cuidar a dos bebés fue toda una proeza para la pareja, porque esto significaba el doble de todo: doble cuido, doble llanto, doble baño, doble cambio de pañales, doble darles de comer. Aunque si les preguntaban a ellos, contestarían que todo valía la pena porque también era doble amor, doble alegría y felicidad.
Jingyi ayudaba mucho a sus padres, tanto como pudiera. El pequeño de ahora 11 años amaba a sus hermanitos y los cuidaba como todo un buen alfa territorial. El niño a pesar de todo lo ocurrido en el pasado, se sentía feliz, amado y protegido por sus padres. Jingyi no podía pedir mejor familia que la que tenía.
En definitiva, las cosas estaban muchísimo mejor ahora para la familia. Eran felices y disfrutaban cada momento que pasaban juntos, sin desperdiciar un segundo lamentándose por el pasado.
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Se podría decir que era un día como cualquier otro en Yiling, pero esto no era para nada cierto para un alfa que se mostraba nervioso y vacilante. Casi corría de un lado a otro preparando una sorpresa que llevaba planeando por unas cuantas semanas y que rezaba que saliera exactamente como él deseaba.
Lan Wangji se encontraba solo en su casa con sus 3 hijos. Jiang Cheng y Yanli habían llegado de imprevisto (o al menos eso pareció para Wuxian, quien no se imaginaba nada) a sacar casi a rastras a su hermano, alegando que hacía tiempo no pasaban tiempo los tres juntos como hermanos. Wuxian quiso negarse, pero al final terminó accediendo, dejando a su pareja al cuidado de los menores.
La primera etapa del plan de Wangji estaba concluida: sacar a Wei Ying de su casa. Y para eso había necesitado la ayuda de sus cuñados, teniendo que contarles lo que planeaba y causando que ambos aceptaran de inmediato y con emoción de formar parte de aquello que haría tan feliz a su hermano.
El alfa tenía todo listo, solo estaba esperando el momento en que Wuxian llegara a casa para comenzar con su sorpresa. Sus hijos estaban listos y lucían adorables.
No pasó demasiado tiempo cuando el auto de Jiang Cheng se estacionó frente a la casa, dándole la señal que Wangji necesitaba. —Bueno, niños. Es hora. —Dijo a sus tres hijos un poco nervioso. Solamente Jingyi asintió emocionado y corrió escaleras arriba. Wangji tomó a los gemelos y subió tras su hijo mayor.
—¡Ya estoy en casa! —Wuxian exclamó cuando ingresó a su hogar, encontrándolo extrañamente silencioso.
El ceño del omega se frunció ligeramente al no recibir respuesta de Lan Zhan. Se preguntó si habría salido con los niños, pero descartó esa idea rápidamente ya que el alfa le hubiera avisado si hubiera salido a dar un paseo. Una sensación extraña se instaló en su pecho, preocupándose al instante. Comenzó a escanear con su vista sus alrededores, no encontrando nada fuera de lugar. Con cautela comenzó a subir las escaleras de la segunda planta, esperando encontrar a su familia en alguna de las habitaciones.
