Heridas de Amor... {WangXian}

XXVII

—¿Y ahora cómo vamos a darle todas esas noticias a Wuxian sin que se altere? —Preguntó Zixuan un tanto preocupado por su cuñado.

—Es por esa razón que tenemos que ir todos y decirle. No podemos ocultarle por más tiempo que Jingyi está aquí. Él necesita ver a su hijo y saber lo que pasó con Wangji, Xichen y Wanyin. —Contestó la doctora Wen.

—¿Estás segura de eso, A-Qing? —Yanli aún no estaba del todo convencida de aquello. —¿No será demasiado arriesgado llegar y decirle todo?

—Es arriesgado, lo sé muy bien, pero no podemos seguir ocultándole estas cosas importantes. Además, Wuxian ya sospecha que le ocultamos algo y es mejor decirle nosotros a que lo averigüe él solo. —Wen Qing no cambiaba de opinión.

Los tres adultos se encontraban fuera de la habitación del pequeño Jingyi, quien ya se había calmado muchísimo del feo susto que vivió. Wen Qing había acudido a la pareja de Zixuan y Yanli para darles primero las noticias de las cirugías de los hermanos Lan, y ahora se encontraban discutiendo sobre cómo romper aquellas noticias sobre Wuxian.

—Es inútil que sigamos discutiendo sobre esto. Tarde o temprano tendremos que decirle todo, así que vamos ya. —Declaró Zixuan, incluso si aún no estaba totalmente convencido de aquello.

Los tres caminaron hacia la habitación de hospital en la que Wuxian se encontraba. Se detuvieron por breves segundos fuera de la puerta, inseguros de ingresar, pero al final se resignaron y golpearon en esta para luego entrar y encontrar a Wei Ying sentado en su cama, acariciando dulcemente su vientre aún plano.

—A-Xian, ¿cómo te sientes hoy? —Saludó Wen Qing acercándose a él y revisándolo.

—Calmado. —Respondió Wuxian. —Estoy lo suficientemente calmado y tranquilo como para escuchar lo que ustedes tres vienen a decirme. —Los tres invitados se quedaron de piedra al escuchar al omega. —Así que creo que podemos saltarnos cualquier formalidad e ir directo al punto.

—Está bien, seremos directos, pero si llegas a alterarte demasiado por lo que diremos no voy a dudar en sedarte, Wei Wuxian. —Amenazó la alfa. —Primero debemos informarte sobre el estado de A-Cheng. Al principio parecía que la herida en su cabeza no era demasiado grave, pero la verdad es que sí lo fue y esta herida ocasionó que el cerebro de Jiang Cheng se inflamara demasiado. Tuvimos que operarlo de emergencia y la operación fue un éxito, pero tu hermano... él... desgraciadamente entró en estado de coma y no sabemos cuándo despertará.

—¿¡Qué!? —Fue lo único que pudo preguntar Wuxian al escuchar que su hermano estaba en coma.

—El cuerpo y el corazón de A-Cheng estaban demasiado agotados debido al lazo roto con Xichen. Fue un verdadero milagro que soportara la operación, pero su desgaste físico y emocional le terminaron de pasar factura con la herida que recibió. Creemos que todo eso fue lo que lo llevó a quedar en coma. Suponemos que es la manera que su cuerpo encontró de sanar todas sus heridas y que despertará hasta que esté completamente bien y recuperado. —Dijo la alfa Wen.

Wuxian solo asintió. Sintió una gran tristeza instalarse en su corazón por su hermano, pero a la vez tenía la esperanza de que este despertaría. Al final de cuentas, A-Cheng había sufrido demasiado a lo largo de todos esos años y más aún con el rompimiento de su vínculo con Xichen. Wuxian comprendía que su hermano necesitaba descansar y recuperarse, y tal vez, como dijo A-Qing, entrar en coma era la forma en la que su cuerpo había decidido sanar. 

—¿Pero él estará bien? —Preguntó preocupado por su hermano el omega.

—Sí, él está bien. La operación fue exitosa y su cerebro ha vuelto a la normalidad. La hinchazón ha bajado por completo. Solo es cuestión de tiempo para que despierte. —Dio esperanzas la mujer.