VII

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Los meses que siguieron después de que Wei Ying se enterara de su embarazo fueron un poco difíciles para el omega. Wen Qing estaba bastante preocupada por el estado físico y emocional que su primo tenía, fue por esto que rápidamente lo llevó al hospital y lo puso en tratamiento para mejorar su salud y que su bebé y él estuvieran bien.

Salir de la depresión fue lo que más le costó a Wuxian. Hubieron muchísimas veces en las que su voluntad flaqueó, pero solo bastaba con escuchar el corazón de su cachorro o sentir alguna patadita para recobrar sus fuerzas y seguir luchando. Wuxian mentiría si dijera que ya está totalmente bien porque no era así, pero al menos ya no estaba como al principio. Desde el día que se enteró que esperaba un hijo se prometió no volver a derramar ni una tan sola lágrima por Xichen, y hasta el día de hoy lo había cumplido. Le había costado trabajo, pero lo había logrado.

Ese pequeño ser que crecía en su vientre definitivamente era el rayito de esperanza que A-Xian necesitaba para salir adelante y dejar atrás ese pasado tan doloroso. Su pequeño hijo lo llenaba de alegría, lo impulsaba día con día a mejorar y a no caer de nuevo en la oscuridad. Amaba a ese niño aún sin conocerlo, lo amaba más que a su vida.

Los hermanos Wen estaban más que aliviados al ver la enorme mejoría que Wuxian estaba teniendo. Ver a su primo sonreír era algo que pensaron que no volverían a ver, pero su sobrinito había llegado en el momento preciso, devolviéndole la sonrisa perdida a su mamá.

A-Xian se sentía un poco culpable con sus primos, porque los había hecho preocuparse por él demasiado. A-Ning había dejado de trabajar en su cafetería por quedarse todo el día en casa con el omega mayor, mientras que A-Qing había reducido sus horas de trabajo en el hospital para ayudar con su cuido. A-Xian se sentía agradecido y en deuda con ambos Wen, es por eso que un día le pidió a A-Ning que si podía trabajar en la cafetería con él.

Al principio ambos hermanos se negaron a que trabajara por su estado, pero Wuxian los terminó por convencer diciéndoles que quería ganar su propio dinero para mantenerse a él y a su bebé, que no quería seguir siendo una carga o sentirse inútil. Así fue como A-Ning retomó las riendas de su cafetería "Rollito de Canela" y Wuxian fue contratado por él.

Las cosas estaban fluyendo más que bien y Wuxian por fin se sentía en paz. Esperaba con ansias a su cachorro para mimarlo y darle todo el amor que sentía por él. Se negó a saber el sexo de su bebé, queriendo que fuera una sorpresa el día que llegara al mundo. Los 3 primos habían acondicionado una habitación en la casa donde vivían para el pequeño y la habían decorado de manera preciosa. Todos esperaban la llegada de ese rayito de luz.

Wuxian estaba ya en su último mes de embarazo, por esta razón los hermanos Wen le pidieron que dejara de ir a trabajar a la cafetería, pero él se negó. Ambos hermanos sabían que no podrían persuadir a su primo de lo contrario, así que redujeron su carga laboral a solo tomar las órdenes de los clientes o permanecer en la caja.

Era un día como cualquier otro, la cafetería estaba llena como siempre y a Wei Ying le tocaba tomar pedidos ese día. Su trabajo transcurrió con normalidad, tomando pequeños descansos de vez en cuando debido al cansancio que sentía por su tan avanzado embarazo y también porque a veces su pequeño no se quedaba quieto, pegándole patadas que podían llegar a ser un tanto dolorosas.

La noche cayó en la cafetería y Wen Qing había llegado a ayudarles un poco con el trabajo después que salió del hospital. Todos estaban sumidos en sus quehaceres que no se fijaron cuando un hombre alto y vestido de manera casual ingresó al lugar buscando una mesa donde sentarse. Uno de los otros empleados se acercó a Wuxian. —Acaba de llegar alguien nuevo. Está en las mesas de afuera. —Le señaló el lugar y Wuxian asintió, esperando unos minutos a que el cliente se decidiera lo que ordenaría.

Heridas de Amor... {WangXian}Kde žijí příběhy. Začni objevovat