Heridas de Amor... {WangXian}

𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙. 𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝐼.

Los meses transcurrieron y todo volvió a una relativa calma y normalidad. Los traumas y sustos del pasado que la familia Wei-Lan había sufrido los llevarían con ellos hasta el día de su muerte, pero esto no quería decir que ellos se quedarían estancados en el pasado, al contrario, las experiencias vividas solo los habían hecho unirse aún más como familia.

Lan Xichen había despertado unos días después del coma al que lo había inducido el doctor Mingjue. Lucía desconcertado y desorientado por los efectos del coma, pero lo que más lo descolocó fue que una de sus manos estaba esposada a la cama y dos agentes policiales estaban apostados a cada lado de la puerta, vigilando que no hiciera nada estúpido como tratar de huir. Xichen supo en ese momento que todo estaba terminado y que él iría a la cárcel. Una rabia enorme lo invadió el día que por fin los médicos autorizaron su traslado hacia la correccional donde pasaría el resto de su vida. Maldijo, gritó e insultó innumerables veces y de innumerables formas a Lan Zhan y a Wei Ying, culpándolos una vez más de todo lo que había pasado. Sus gritos e insultos se escucharon por todos los pasillos del hospital, pero de nada le sirvió, porque igualmente se lo llevaron. Los Jiang, Lan, Wen y Wei respiraron aliviados de que por fin Lan Xichen pagaría los daños hechos a todo el mundo.

Jiang Cheng siguió en coma por un par de meses más. La doctora Wen lo monitoreaba constantemente y se aseguraba que estuviera bien y cómodo en la habitación en la que estaba. Los Jiang lo visitaban todos los días sin falta, le hablaban y le pedían que despertara, pero Jiang Cheng simplemente seguía dormido. Wuxian también solía visitarlo y pedirle que despertara, que sus sobrinos por nacer y Jingyi necesitaban a su tío Cheng Cheng. Lan Qiren y Wangji (una vez que se recuperó) lo visitaron también y le pidieron perdón en nombre de Xichen por el daño que le había causado. Jiang Cheng escuchó todas y cada una de las palabras proferidas por sus seres queridos, pero una enorme parte de él aún no quería despertar y enfrentarse al dolor de su lazo roto. Su estado continuó sin señales de mejorar o despertar, hasta que por fin un día él simplemente abrió sus ojos.

—¡A-Cheng! —Exclamó Yanli, que era la que se encontraba con su hermano en ese momento y rápidamente llamó a Wen Qing, quien no tardó en presentarse y comenzar a examinar al omega Jiang.

—¿Cómo te sientes, A-Cheng? —Preguntó la doctora sin dejar de examinarlo.

—M-mareado. —Respondió con un hilo de voz. —¿D-dónde estoy? —Su voz sonaba rasposa y su garganta dolía mucho con cada palabra pronunciada gracias al desuso de su voz por tantos meses.

—Estás en el hospital. ¿Recuerdas algo de lo que pasó? —Cuestionó Wen Qing.

—R-recuerdo que... alguien i-intentó... llevarse a J-Jingyi... —Respondió lentamente.

Yanli y Wen Qing se voltearon a ver un poco desconcertadas por la respuesta de Jiang Cheng. Wen Qing nuevamente volvió a hablar. —A-Cheng, ¿recuerdas quién era la persona que intentó llevarse a Jingyi?

Jiang Cheng la observó por unos segundos mientras su cara se torcía en un gesto un poco doloroso al querer recordar a esa persona, pero fallando miserablemente. En sus recuerdos solo podía ver el cuerpo de un hombre, pero el rostro del tipo estaba totalmente distorsionado, haciendo imposible que el Jiang pudiera saber quién era.

—No... n-no lo sé... —Respondió Wanyin mirando a la doctora y a su hermana.

—¿Sabes quiénes somos nosotros? —Preguntó esta vez la alfa Wen.

Jiang Cheng asintió. —Tú e-eres A-Qing, mi prima... y tú eres A-Li, m-mi hermana. —Señaló a las mujeres.

—¿Sabes quién es Lan Xichen? —La alfa Wen tenía una leve sospecha sobre lo que pasaba con su primo, pero quería asegurarse de que esta suposición era correcta, y la única manera de averiguarlo era preguntándole por esa persona.