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Un poco más de una semana había pasado desde que Wangji se fue de Yiling con la sensación de vacío más desconcertante que jamás había experimentado antes. Aún no lograba comprender por qué se sentía de aquella manera, un poco ansioso y desesperado por volver a ver a Wei Ying. Habían intercambiado mensajes y una que otra llamada, lo que le había servido al alfa para estar un poco tranquilo y no ceder a sus impulsos de salir corriendo a Yiling.

Wuxian, por otro lado, sentía también el vacío por la partida de Wangji, sentía que con cada día que pasaba deseaba y necesitaba verlo. El omega tampoco comprendía qué sucedía con él y tenía miedo de averiguarlo. Por las noches no podía conciliar el sueño si no tenía el saco que el alfa le había dejado, el olor a sándalo lo relajaba y calmaba a su ansioso corazón. Muchas veces había escrito un mensaje a Lan Zhan pidiéndole que fuera a Yiling, pero siempre se arrepentía y no lo enviaba.

A pesar de que en el pasado su relación fue amistosa porque eran cuñados, ambos se tenían un cariño especial, el cual no había cambiado aún con la supuesta muerte del omega. La sorpresa de volverse a encontrar fue grande para ambos, pero de alguna extraña manera, ellos se sentían felices de verse nuevamente. Esos pocos momentos que compartieron ese fin de semana se habían quedado grabados en sus mentes, las cuales se empeñaban en repetirlos incontables veces.

Ambos se extrañaban muchísimo más de lo que querían admitir. Querían verse, pero ninguno de los dos hacía nada. Y era comprensible, porque ambos habían pasado por situaciones traumatizantes, ambos tenían sus corazones rotos, y tenían miedo de entregarse nuevamente a esos sentimientos desconocidos y salir lastimados otra vez. No querían volver a llorar y sufrir por amor, porque no podrían soportarlo.

Pero en el corazón no se manda y el amor puede volver a florecer cuando menos lo esperas. Y en los corazones de Wuxian y Wangji, ese sentimiento está floreciendo nuevamente, crece tímido y despacio, como asegurándose de que no lo noten para que cuando se den cuenta no puedan cortarlo de raíz. El amor es un niño travieso que hace su voluntad y hace que los corazones caigan sin poder evitarlo, casi sin darse cuenta.

La noche del viernes cayó sobre Gusu y Yiling, donde Wei Wuxian y Lan Wangji se sentían inquietos, como presintiendo que algo pasaría en esa fría noche

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La noche del viernes cayó sobre Gusu y Yiling, donde Wei Wuxian y Lan Wangji se sentían inquietos, como presintiendo que algo pasaría en esa fría noche.

Wangji se encontraba en su casa, en la cual vivía solo, estaba en su habitación observando por la ventana la hermosa luna que se alzaba imponente en el cielo. El alfa se sentía intranquilo desde que despertó por la mañana, con una presión incómoda en su corazón. De forma inconsciente llevó su mano hacia su pecho y apretó un poco, como queriendo calmar esa opresión y los latidos rápidos de su corazón.

Suspiró un poco frustrado, ya habían pasado dos semanas desde que estuvo en Yiling y descubrió que Wuxian está vivo. Él había planeado irse ese mismo día hacia Yiling, pero no había podido irse por asuntos de su trabajo y eso lo había tenido de mal humor todo el día. Quería ver al omega, tenía muchas ganas de estar con él. Estaba un poco preocupado porque Wen Qing le había escrito diciéndole que el cachorro podría nacer en cualquier momento y él deseaba estar al lado de Wei Ying cuando el momento llegara.

Heridas de Amor... {WangXian}Where stories live. Discover now