Heridas de Amor... {WangXian}

XX

Todos se encontraban reunidos en la sala de espera del hospital después de la discusión que habían sostenido momentos atrás, esperando por noticias de la alfa Wen. Todos estaban callados, no se atrevían siquiera a respirar demasiado fuerte por miedo a que una nueva pelea se soltara en aquel lugar.

Wei Ying se encontraba sentado junto a Lan Zhan, quien sostenía su mano a modo de traspasarle calma y confianza de que todo saldría bien con su hijo. Xichen se encontraba callado y solo al otro lado de la sala, apoyado contra una pared y viendo de una manera no disimulada a su hermano. Qiren estaba sentado solo pensando en sus sobrinos y cómo todo lo que Xichen hacía últimamente quebraría su relación de hermanos inevitablemente. Y Jiang Cheng se encontraba sentado cerca de Wuxian, pero sin decir palabra alguna, solo cabizbajo y apretándose el corazón para intentar aminorar el dolor que sentía luego de lo sucedido con su ahora ex-pareja.

—¡A-XIAN! —Todos se espantaron al escuchar el grito femenino proveniente de la entrada de la sala de espera. Wuxian volteó su rostro y dejó ver la enorme sorpresa al percatarse de la mujer que había gritado su nombre: su querida shijie, Jiang Yanli.

El omega se vio levantado con una fuerza abrumadora de su asiento junto a Lan Zhan, para luego ser fuertemente apretado en un abrazo por su hermana, la cual estaba derramando lágrimas de alivio y felicidad al ver que Wuxian estaba vivo, tal y como A-Cheng les había dicho en esa llamada.

—¡A-Xian, mi pequeño Xian Xian está vivo! ¡No puedo creerlo! ¡Realmente eres tú! —Decía la muchacha sin soltar de su abrazo asfixiante a su hermano.

—Shijie... —Wuxian al fin reaccionó y rodeó con sus brazos a su hermana, a quien había extrañado tanto en todos esos años. Sus lágrimas corrían libres por su rostro al estar entre los reconfortante brazos de la omega Jiang.

—¡Te he extrañado tanto, Xian Xian! ¡En realidad creí por todos estos años que estabas muerto! —La muchacha despegó su cuerpo del abrazo y con sus delicadas manos tomó el rostro lloroso del omega.

Wuxian al escuchar a su shijie decir esas palabras sollozó con culpabilidad al haber hecho creer a su familia por tanto tiempo que estaba muerto. —¡Perdóname, Yanli! ¡Perdóname por haber mentido de esa manera! ¡No tuve opción!

—Shhhh, tranquilo, A-Xian. Yo te perdono. Sé que tuviste razones de sobra para hacer lo que hiciste. —La omega acariciaba las mejillas de su hermano menor y le regalaba una de sus cálidas sonrisas que lograron calmar un poco el llanto del contrario. —Lo que importa ahora es que estás aquí, que estás vivo. —Wuxian asintió y le devolvió la sonrisa a su hermana.

El omega estaba a punto de decir algo cuando sintió que alguien lo jalaba del brazo y antes de que pudiera reaccionar una sonora bofetada cruzó su rostro. Todos se quedaron congelados ante la acción de aquella persona contra Wei Wuxian.

—¡Eso es lo mínimo que te mereces por haber fingido y mentido sobre tu muerte, Wei Wuxian! —Fueron las fuertes palabras de Yu Ziyuan después de haber dejado su palma marcada en la mejilla de su hijo adoptivo. —¡Y que no se te ocurra volver a mentirnos de esa manera tan descarada! —Y dicho esto último, la mujer jaló a su hijo en un abrazo fuerte, como si de esa manera pudiera comprobar que en verdad el omega estaba vivo.

Wuxian seguía en shock por la bofetada, pero cuando se vio envuelto en los brazos de su madre adoptiva lo único que atinó a hacer fue devolver el abrazo y llorar una vez más entre los brazos de Ziyuan. —¡Lo siento, lo siento tanto, mamá!

—Solo esperamos que tengas suficientes buenas razones para haber huído y para haber fingido tu muerte, A-Xian. —Sonó una tercera voz. Wuxian se despegó de los brazos de su madre y vio a su padre, Jiang Fengmian, parado frente a ellos. —Ahora ven acá y dame un abrazo, hijo. —El omega prácticamente corrió y se tiró en los brazos de Fengmian. —Me alegra tanto que estés vivo. —Pronunció el hombre mientras abrazaba fuertemente a su hijo.