Heridas de Amor... {WangXian}

IX

—¿Te vas ya? —Preguntó Wen Qing a Wangji, haciendo que este se sobresaltara al no haberse percatado de que ella estaba en la sala de aquella casa esperándolo.

—Sí. Tengo que volver al hotel y dormir un poco. Tengo una reunión importante mañana. —Respondió deteniéndose frente a la alfa que estaba sentada en el sofá.

Wen Qing solo asintió en entendimiento. Ambos alfas se quedaron en un silencio un poco tenso. Wen Qing no estaba muy tranquila después de la conversación que tuvieron horas atrás con Lan Wangji. Habían ciertas dudas que rondaban su cabeza y necesitaba expresarlas en voz alta para que el otro alfa las resolviera.

Lan Zhan estaba a punto de despedirse y dirigirse a la puerta cuando la alfa habló nuevamente. —¿Te irás caminando hasta tu hotel? —Wangji no había pensado en eso. No había llevado su auto y honestamente no conocía la ciudad. A-Qing sonrió y negó con la cabeza divertida. —Vamos, te llevaré de regreso al hotel.

El alfa no se negó a la oferta que le hacia la mujer, después de todo agradecía que se tomara la molestia de llevarlo. Ambos salieron de la casa y se subieron al auto de Wen Qing. Emprendieron camino después que Wangji le dijo en cual hotel se estaba hospedando. Un silencio un poco tenso, pero sin llegar a ser incómodo, se instaló dentro del vehículo. Wangji podía ver claramente que A-Qing quería decirle o preguntarle algo, así que la instó a que lo hiciera. —Dime lo que quieras decirme.

A-Qing se sorprendió un poco al principio de escuchar aquellas palabras, pero después tomó una larga respiración, como armándose de valor. —¿Le dirás a alguien que Wuxian está vivo? —Sin rodeos, directa al punto.

—No lo haré. No revelaré nada de Wei Ying, se lo prometí. —La respuesta dada por el alfa dejó sorprendida a la joven. Ella no esperaba escuchar esas palabras.

—¿Estás seguro de eso? —Preguntó con un poco de recelo.

—Sí. Es una promesa que le hice. Además, si él necesita que yo guarde el secreto para sentirse bien y estar tranquilo lo haré. Haré lo que sea para que Wei Ying y mi sobrino vivan felices y en paz. —A-Qing se quedó helada ante esa declaración segura del contrario.

—Me dejas sorprendida, Lan Zhan. No pensé que tomarías las cosas con tal calma. Honestamente creí que harías algún escándalo y que les dirías a todos la verdad. Por un momento tuve miedo que todo se supiera gracias a ti.

—Entiendo a Wei Wuxian más de lo que piensas. Es por eso que no pienso decir nada y mantendré mi promesa hasta que él quiera. Comprendo las razones que lo impulsaron a tomar la decisión de huir y desaparecer fingiendo su muerte, entiendo que quiera proteger la poca cordura y estabilidad que le queda; así como también comprendo que quiera resguardar las piezas de su corazón tan lastimado por mi hermano. Wuxian no desea verlo de nuevo, mucho menos que lo obliguen a permanecer a su lado por el bien de nuestras familias. No estoy de acuerdo con querer ocultar a mi sobrino, pero lo apoyaré igualmente. Él solo quiere protegerlo y cuidarlo, que mi hermano no le haga daño o que se lo quiera quitar. Yo permaneceré al lado de ambos y no los abandonaré. Yo los cuidaré a ambos, los cuidaré como si fueran mi propia familia. —No hubo vacilación en ninguna de las palabras del alfa.

A-Qing sonrió más que complacida con aquello que escuchó de labios del alfa. Podía sentir la promesa y el compromiso por parte de Wangji para con Wuxian. Todas sus dudas salieron volando por la ventana y supo que Wuxian y el cachorro no podrían estar en mejores manos.

—Hemos llegado. —Anunció la joven aparcando el auto frente al hotel.

Wangji estaba a punto de salir, cuando sacó una pequeña tarjeta de su cartera y se la extendió a la alfa. —Ahí están los números de mi oficina en Gusu, mi casa y el de mi celular personal. No dudes en llamarme si necesitan algo. —La alfa tomó la tarjeta y la guardó. —A-Qing... —Llamó la atención de la mujer. —Gracias por cuidar de Wei Ying todo este tiempo. —La mujer sonrió ante las palabras y luego ambos se despidieron. Wangji ingresó al hotel y Wen Qing manejó de regreso a su casa.