VIII

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—No sé ni por dónde comenzar. —Suspiró Wen Qing cuando ella y Lan Zhan llegaron a la cocina. La alfa había hecho café para los dos y lo había servido.

—¿Cómo llegó hasta aquí Wei Ying? —Preguntó el alfa.

—Él sabía que A-Ning y yo nos habíamos mudado aquí cuando abandonamos Yunmeng, por eso decidió buscarnos a nosotros, puesto que sabía que nadie lo buscaría en esta ciudad tan alejada de las demás. Cuando A-Xian tocó a la puerta esa noche venía devastado, se notaba visiblemente el dolor que lo recorría. —Wen Qing tenía su vista puesta en la taza que estaba sobre la mesa. —Cuando abrimos él se lanzó a nosotros y no paró de llorar hasta que se quedó dormido.

—¿Él les contó lo que sucedió? —La voz de Wangji sonaba calmada, pero en sus adentros se sentía intranquilo, preocupado de escuchar de boca de otra persona por el calvario que Wuxian tuvo que pasar todo ese tiempo.

—Sí, él nos contó todo entre lágrimas y sollozos esa misma noche en la que llegó. Al principio ni A-Ning ni yo podíamos creerlo. Jamás creímos que Jiang Cheng cometería semejante traición y menos con tu hermano. Estábamos más que sorprendidos, estábamos enojados y preocupados.

Justo en ese momento ambos alfas escucharon que la puerta de entrada de la casa se abría y Wen Ning ingresaba. El omega menor los vio a ambos sentados en la mesa del comedor y se dirigió hasta ellos, ya intuyendo lo que pasaba ahí. Silenciosamente tomó asiento junto a su hermana y continuaron con la conversación.

—Nosotros sabíamos por el mismo A-Xian que estaba muy enamorado de tu hermano y lo feliz que estaba de casarse con él. A-Xian siempre creyó que Lan Huan lo amaba también. Darse cuenta de la realidad de esa manera fue un golpe duro para él. Fue algo que lo devastó. —Dijo la alfa.

—Nuestro primo entró en una crisis depresiva. No paraba de llorar, no comía y no dormía. Cada día que pasaba se veía peor: su piel perdió color, bajó de peso, sus ojos siempre estaban rojos e hinchados. Estaba muy mal. Yo dejé de ir a trabajar a la cafetería porque no quisimos dejarlo solo y me quedé a cuidarlo por varias semanas. La tristeza y el dolor que lo embargaban era tanta que en un momento tuvimos miedo de que intentara suicidarse. —Habló Wen Ning con un dejo de tristeza por recordar a su primo en depresión.

Para Wangji, escuchar que Wuxian lo pasó muy mal debido a su hermano y A-Cheng era terrible. Se sentía enojado e impotente por no haber estado ahí para él, pero de igual forma no pudo haberlo hecho, porque hasta un par de horas atrás él creía a Wuxian muerto.

—Esa noche yo traté de impedir que Wei Ying viera lo que sucedió en aquella habitación. Yo sabía lo que pasaba entre Xichen y Wanyin. Traté muchas veces de convencer a mi hermano de hablarle con la verdad a Wuxian, pero jamás me escuchó, no me hizo caso. —Agachó la cabeza y apretó sus puños con fuerza. —Yo no quería que A-Xian sufriera por culpa de mi hermano, pero al final no pude evitar que el desastre se desatara. Intentamos detenerlo cuando salió corriendo del hotel, pero él fue más rápido y desapareció. No supimos nada de él hasta que llegaste y dijiste que había muerto. Me sentí tan culpable cuando pronunciaste esas palabras, y me sentía aún peor cuando en su carta me pedía que no me sintiera así, que no era mi culpa.

—Y A-Xian tiene razón. Nada de lo que pasó es tu culpa. No te correspondía a ti el revelar esa verdad. Los únicos que tuvieron que hacer algo eran mi primo y tu hermano, después de todo ellos sí fueron los culpables de todo lo que ha pasado. —Pronunció con severidad la alfa.

—Sea como sea, no he dejado de sentirme culpable desde la noche de la boda. Me resigné a creer que él estaba muerto y me acostumbré a vivir con la culpa todos estos meses. —Finalizó con un hilo de voz.

Heridas de Amor... {WangXian}Where stories live. Discover now