Capítulo 52

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Los gritos de Harry y Sirius debieron ser buenos augurios sobre lo que se le venía encima, pero no, Remus creyó tontamente que era solo el susto del momento, que lo entenderían y le dejarían ir con el director a decirle todo, después de todo era Dumbledore de quien estaban hablando, él podría tomar medidas preventivas para evitar que los chicos cometieran esa locura de volverse animagos, un poco tarde para Harry pero estaba totalmente seguro que no lo culparía, puede que incluso le ayudase a registrarse en el ministerio y hasta encontraran un modo de hacerlo sin causarle mucho daño a ninguna de las partes, se había esperado una negativa inicial, pero no que en cuanto saliera le rodearan como lobos tras una presa, y no, no quería pensar en la ironía de eso.

Y luego lo obligaron a caminar hasta la sala común, pero no habían arruinado su plan, después de todo no podían retenerle eternamente ahí, en algún punto lo dejarían solo y entonces podría hablar con Dumbledore.

Todos se apartaban a su paso, con Harry de cabecilla y su mirada amenazando el mal humor que sentía nadie estaba tan loco para cruzarse en su camino, lo obligaron a subir a las habitaciones, sí alguno de los chicos en el pasillo de las habitaciones de hombres estaba molesto porque Hermione y Lily estuvieran ahí ninguno lo dijo, entraron a su habitación y aunque sabía que se venía algo peligroso aún estaba seguro que no podían retenerlo eternamente, y poco después de que entraran ahí James lo empujó contra la cama, sentándose tan pronto como pudo.

— ¿Te has vuelto loco? —Gruñó James conteniendo el grito que quería escapar de su garganta, no necesitaban que alguien más se enterara de aquello, ya era demasiado con que uno de ellos quisiera ir de chismoso con el director.

— Grita tanto como quieras, encante la puerta para que no escape ni un ruido —Musitó Harry mirando con una frialdad antinatural en esos normalmente cálidos ojos verdes a Remus, mismo que hacía esfuerzos por no dejarse amedrentar.

— Gracias Harry —Agradeció con peculiar dulzura Lily antes de aclararse la garganta— ¡¿Se puede saber en qué piensas?! ¡No puedes ir con el director cuando uno de nosotros ya rompió la maldita ley y tres de nosotros ya estamos en proceso! —La mirada que James le dedicó a Lily al escucharla tan molesta hubiera resultado graciosa si la situación no fuese tan seria.

— Es lo correcto... —Intentó aclarar, sabía que sería una discusión larga, era imposible que no lo fuera, pero quería hacerles entender.

— Lo correcto me lo paso por los cojones —Rugió Rómulo sin poder creerse que Remus fuera tan cobarde, sí, sabía que lo había sido, ¿O es sería?, como fuese, pero no esperaba que desde tan joven lo fuera tanto— ¿Tienes idea de lo que hará Dumbledore? —Inquirió intentando contener las ganas de darle un golpe al chico frente a él.

— Lenguaje Rómulo —Regañó, aunque el gruñido de parte del chico seguramente no le importaban sus palabras— Lo único que hará será tomar medidas para evitar que comentan riesgos innecesarios, será más seguro para ustedes —Sabía que el camino de la diplomacia sería lento y tardado, pero sabía que ganaría al final.

— Muy tarde, ¿No crees? —Se burló Harry, estaba simplemente por decirle a Remus las verdades necesarias, algo de intimidación y amenazas sí era necesario, y estaba seguro de que sería necesario.

— Estoy seguro de que él logrará que tu registro en el Ministerio sea sin mayores problemas, inclusive puede que logre que ignoren que llevas un año, o algo así, siéndolo —Intentó animarle, sabía que tal vez estaba tomando una decisión que también afectaría mucho a Harry, a fin de cuentas él era quien ya había completado el lento y peligroso proceso de ser animago, el que realmente podría tener problemas sería él, pero estaba totalmente seguro que Dumbledore entendería la situación.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora