Capítulo 29

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Harry acababa de despertar de una cómoda siesta en la casa de los gritos después de acompañar a Remus durante su transformación, el propio chico no podía recordar cuando se había dormido pero sí había notado su cansancio luego de jugar con el lobo, solo esperaba no haber hecho sentir mal a Remus por su presencia forzada.

Estaba desperezándose en su forma de gato, o cría de pantera en realidad, cuando se fijó en que la profesora McGonagall le estaba viendo con absoluta curiosidad, estaba por soltar un maullido aterrado por el susto de ver a la profesora sin ningún aviso, cuando algo cubrió su vista de repente, un Remus semi desnudo salvaje hizo aparición.

— Veo que encontró un... compañero para su noche ¿Dónde lo encontró? —Preguntó intentando observar mejor al felino que estaba detrás del niño, pero éste se mantuvo detrás del niño a pesar de haber notado cómo empezaba a mirar al lado opuesto del cuarto, por un instante le pareció un gato negro cualquiera pero había algo raro en ese felino que no le permitió estar tan segura de eso.

— Me encontró aquí durante la noche, apareció justo antes de la transformación, no pude echarlo, supongo que es un gato callejero o de alguien aquí en Hogsmeade que ha hecho de éste su lugar —Comentó el licántropo cubriéndolo porque podía suponer que sí su maestra había logrado ser un animago podría reconocer a otro y sí Harry se metía en problemas por querer ayudarle no se lo perdonaría.

—... Bueno, supongo que solo podemos irnos, le recomiendo, joven Lupin, que en su próxima luna llena se remueva el uniforme antes de convertirse, sería problemático además de indecoroso —Aceptó la mujer sin terminar de creerse las palabras de su alumno antes de emprender camino regreso a Hogwarts, Harry se portó lo más desdeñoso posible para subirle puntos a la idea de que era un gato cualquiera, pasados varios minutos, para darle ventaja a su profesora, él también se metió en el camino oculto.







Mientras eso ocurría en la casa de los gritos, en la sala común de Slytherin tres alumnos estaban viéndose rozando la histeria en una de las mesas más escondidas posibles, a pesar de ser tan temprano las tres serpientes se encontraban perfectamente vestidos y arreglados para el día de clases, Severus porque estaba acostumbrado a hacerlo para evitar a su padre a toda costa, Aysel al ser llamada por Bellatrix, y la propia Bellatrix por la noticia que acababa de decirle a sus dos camaradas, ninguno de los tres sentía que pudieran llamarse realmente amigos aún.

— ¿Ella está bien? —Preguntó Severus intentando calmar su respiración, para que nadie tenga dudas vamos a poner las cartas sobre la mesa, una alumna de quinto, Mary Doll, había sido atacada por tres alumnos sangre pura y aunque Bellatrix cerró la puerta para arreglarse tan rápido como pudo luego de oír la noticia, estaba segura de algo, tenía que discutir las acciones a tomar con las otras serpientes.

— No lo sé —Admitió Bellatrix alterada, aunque no lo demostraba gracias a su perfecta educación de sangre pura— Lo primero que se me ocurrió fue maldecir al idiota que parecía mofarse de aquello y venir con ustedes a discutir lo que haremos ahora —Señaló, la propia Bella admitiría que no había sido lo más sensato y tal vez debería haber ido a verificar la salud de la chica, pero sí los protegidos de Harry se enteraban y descubrían que ella sabía pero no se los dijo podía caer en el lado peligroso del chico sí le decían.

— ¿A qué te refieres? —Preguntó Aysel confundida.

— A sí le decimos o no a Harry —Musitó Severus preocupado, entendía la preocupación de Bellatrix, Harry podría causar un verdadero caos, por usar una palabra suave, sí se enteraba solo Merlín, Morgana y la muerte podrían saber lo que ocurriría. La última vez que estuvo en el nido de serpientes los años mayores estuvieron un buen tiempo sin hablar.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Where stories live. Discover now