Capítulo 10

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Las bombas fétidas explotaron bañando con su horrible olor a un grupo de Ravenclaw en la biblioteca, desde la distancia, prácticamente en la salida, se encontraban James y Sirius riendo de su pequeña broma, todas sus bromas iban viento en popa, Remus se les sumaba ocasionalmente a sus bromas cuando no estaba estudiando para las clases, Peter manteniendo vigilado a Evans para evitar que rompiese su parte del trato, y ellos haciendo bromas.

Sirius sabía que su prima había escapado del duelo junto a alguien más, no lo recordaba claramente, pero una duda le carcomía la cabeza, ¿Por qué? Bellatrix era fuerte y poderosa, aunque odiase admitirlo, por lo que su gran diversión era apagada ligeramente por esa duda, pero no pensaba permitir que una duda sin sentido arruinara su diversión, lo siguiente en su lista era lograr teñir el cabello de algunos Slytherin de rojo chillón.

Pero antes que hicieran eso debían asistir a clase de transformaciones, única clase que James no pensaba saltarse, y no lo culpaba ya que parecía ser su favorita, en el momento en que pusieron un pie en el salón recibieron las miradas curiosas de los Evans, más correctamente de Harry, solo suponía que se encontraba curioso por la ola de bromas que se encontraba azotando Hogwarts, y que sabía que era culpa de ellos dos, pero desvió su mirada a James con cierta sospecha en sus ojos, ¿Suponía que él era el culpable principal? Podría decirse que sí ya que James había sido quien aseguraba que debían divertirse a lo grande antes de su cumpleaños y debía darle la razón de que ese pequeño caos que estaban creando le divertía de lo lindo.

— Black —Saludó Lucius con esa sonrisa hipócrita con la que trataba todo el mundo sangre pura y gracias a esa maldita sonrisa sabía que esa conversación lo iba a incordiar como la urticaria— Oí que pronto será tu cumpleaños, y mi padre, Abraxas, y yo, nos preguntábamos si el regalo debíamos enviarlo a su hogar, o sí prefería recibirlo aquí —Cuestionó y Sirius tuvo que ahogar un gruñido.

— No es necesario que se me entregue ningún regalo, Malfoy —Respondió en un murmuro el de ojos grises.

— Pero eso sería muy descortés que en vuestro cumpleaños no le regale nada —Excusó Lucius con una mirada afilada, Sirius no era idiota, no estaba preguntando por que le agradase, le preguntaba para intentar ganarse el favor de la familia Black, además los  regalos sangre pura eran tan… sosos, objetos de plata o demasiado pomposos para su gusto, o en su defecto libros demasiado anticuados.

— Hablemos de esto en otro momento, sería una lástima perdernos la clase —Postergó Sirius ganándose una mueca de inconformidad de parte del rubio, cuando Lucius dejó el campo de visión del Black esté se dio cuenta de que alguien lo estaba viendo, Harry Evans, se sentó junto a James que ya se había ido a sentar.

— ¿Una broma para Lucius? —Interrogó el de lentes sin verle, una pequeña sonrisa cómplice apareció en su rostro, James sabía levantarle el ánimo.

— Me encantaría llenar su cara de granos —Opino el de cabellos negros con una sonrisa.

— ¿Sabes que es casi imposible evitar todo lo de tu cumpleaños, verdad? —Le preguntó Remus, que estaba detrás del par, en un susurro.

—Lo sé, pero no quiero que los sangres pura como Lucius se enteren —Respondió con cansancio.







Al día siguiente

Harry volvía de las mazmorras después de tener una pequeña charla con algunos alumnos cuando se encontró con su hermana.

— ¿Vienes a buscar a Severus? —Le preguntó a su gemela elevando una ceja.

— Si, quería ver si podíamos hacer todos juntos el ensayo para pociones —Le respondió con una sonrisa animada.

— No se encuentra en las mazmorras, pero oí que se encuentra en las cercanías del lago —Le aviso antes de ir juntos a buscar a sus amigos— Por cierto, Lily, me parece que tendremos algo de trabajo por hacer —Le avisó con una ligera sonrisa que la pelirroja correspondió.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Where stories live. Discover now