Capítulo 37

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Cuando Harry se dio cuenta ya era primero de diciembre, en realidad ni siquiera se hubiera acordado lo que dijo sí no fuera porque el Avery menor lo detuvo en el jardín como si estuviera por decirle los secretos del universo o fueran a comenzar una conspiración, y él sabía de conspiraciones, para preguntarle sí estaba total y completamente seguro de que quería ir a la mansión de los Black por las fiestas navideñas, él solo respondió que sí con su mejor cara de póquer antes de decidir que mejor debía hablar con Sirius para armar su coartada; en cuanto entró en la sala común, pues todo el camino se mantuvo tranquilo y sin correr, tenía una reputación que mantener, corrió a donde vio a los merodeadores, bueno, también estaba la otra parte del trío de oro.

— Chicos —Llamó al segundo en que estuvo frente a ellos ganándose la mirada de todos, entre ellos Lily que aparentemente acababa de llegar por verlo correr al grupo— Sirius, durante el partido de Quidditch le dije a Avery que tu padre me invitó a su mansión para cerrarle la boca, sí alguien pregunta, esto es verdad —Declaró con tranquilidad ganándose la mirada de todos.

— ¿Y por qué la de Sirius y no la de alguno de nosotros? —Preguntó James un poco confuso de porque eligió a su amigo Black.

— Porque honestamente fue lo primero que se me ocurrió cuando Avery me preguntó qué haría por las fiestas, y estaba muy dispuesto a invitarme a su mansión y honestamente ya me he peleado demasiado con los Avery como para ahora hacerlo con las cabezas de la familia, y los Black son los de mayor poder político, sin ofender James, pero entre la facción oscura lo son —Señaló hablando un poco más rápido— Solo ocupo que mientan un poco, nada grave —Señaló antes de irse.

"Tengo el presentimiento de que este año tampoco iremos a la mansión Peverell" —Pensó Lily cuando vio la mirada de determinación que se posó en los ojos de Sirius.

— Sigo sin entender por qué después de tantos rechazos esas serpientes siguen detrás de Harry —Murmuró Pettigrew y los otros perfectamente se hicieron una idea en la cabeza.

— Discúlpenme pero me acabo de acordar que tengo que decirle algo a mi hermano —Se disculpó Sirius antes de salir corriendo del lugar.

"Más obvio no puede ser" —Fue el pensamiento de los dos integrantes del trío de oro que estaban ahí mientras se veían a los ojos.



Sirius por otro lado estaba literalmente corriendo por el castillo, no empujaba a los alumnos solo porque resultaron ser lo suficientemente listos como para apartarse del camino, bajaba las escaleras de tres en tres, y en menos tiempo de lo que su tío Alphard podía contar la Guerra de los duendes estando ebrio, había llegado a las mazmorras, de pura suerte se encontró a Bella hablando con un elfo doméstico ahorrándose el tener que preguntar por ella a otras serpientes.

— ¡Bella! —Llamó con un grito logrando que ella se girara a toda velocidad.

— ¿Qué necesitas Sirius? —Preguntó calmada, hasta donde sabía no había ocurrido nada que pudiera desatar la furia de Sirius o de Harry, por lo que estaba tranquila.

— Necesito que me ayudes a convencer a mis padres de invitar a los Evans para las vacaciones de Yule, los Avery invitaron a Harry a pasar ahí las fiestas y se excusó diciendo que padre lo invitó a pasar las vacaciones con nosotros, y sí quiero cubrirlo ésto debe ser verdad, por favor —Pidió con una seriedad absoluta.

— ¿Si entiendes que tus padres intentarán matarnos por esto? —Dijo aunque sabía que era una mentira, en realidad debía de aguantar las inmensas ganas de ponerse a sonreír como loca ante la idea de que todo fluyera así, su primo era un ajeno.

— No te preocupes yo tomó el riesgo —Aseguró tranquilo, sabía que entre todas las opciones Bellatrix era la mejor, Andrómeda realmente no tenía el peso que le gustaría como para serle de ayuda, Regulus no se arriesgaría, Bella era la única opción que podía ayudarle a mover la balanza.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Where stories live. Discover now