Capítulo 21

11.8K 1.2K 174
                                    

El fin de las vacaciones de verano había llegado y un próximo año escolar estaba por comenzar, todos se encontraban en el callejón Diagon frente a Madame Malkin, suponiendo que aquellos que tuvieran otro hijo que fuera a entrar al colegio iría primero ahí, porque a pesar de haber marcado una hora se habían olvidado casi completamente de algún lugar donde encontrarse, por otro lado corrieron la buena fortuna de encontrarse a los Black fuera de la tienda de ropa, Walburga miró de forma severa a su hijo que se encontraba bastante cerca del chico Evans, la única forma que encontró de ocultar sus intenciones y contener la sonrisa complacida que deseaba plasmarse en su cara pero que la delataría.

Al poco tiempo salieron Regulus y Andrómeda cada uno llevando un paquete con sus uniformes, la chica sonrió al ver a los mayores a los que había agarrado algo de cariño en el poco tiempo de conocerse, Regulus por otro lado desviaba la mirada a cualquier lugar que no fuera Harry. Lo que sorprendió mucho a éste último porque se habían llevado bien en su hogar.

— ¿Y sus padres? Sería muy irresponsable dejarlos venir a todos solos —Comentó de modo desdeñoso Druella en lo que intentaba parecer amabilidad, aunque no le gustará tenía que admitir que ese niño aterrador gobernaba la casa de Slytherin con un poder que rozaba el absoluto, y hasta que su hija Bella pudiera superarlo tendría que aparentar ser amigable.

— Se encontraron con los padres de Hermione y Peter, se quedaron a charlar sobre unos asuntos —Respondió Harry con la sonrisa más encantadora que podía, sí quería jugar a la persona amigable él haría lo propio, nadie le ganaba si se debía actuar, ni la profesora McGonagall escapaba de su poder y sus encantos.

— Supongo que después partirán a Gringotts a cambiar dinero —Comentó calmada Walburga en un tono helado, debía mantener apariencias, ya habían visto a unos cuantos padres y no podían permitir que nadie se enterara de lo que ellos ya sabían.

— En realidad eso será innecesario, al menos para mis niños —Comentó Connor haciendo aparición junto a Maxwell y Elena que no tardaron en posicionarse cerca de sus hijos, para Connor no pasó desapercibida la mirada de Walburga investigando sus rasgos— El año pasado logré ajustar cuentas con unos duendes para que parte de mi salario se convirtiera en galeones para las cuentas de mis niños, y tuvieron la amabilidad de darnos unos sacos para evitar tener que ir cada año —Explicó con calma, habían previsto aquella excusa desde el año pasado, la farsa debía mantenerse perfecta y para eso habían preparado las suficientes historias para encubrir casi cualquier desliz.

— Interesante idea, creo que haré lo propio antes de partir, el año pasado decidí preparar un poco para este curso —Comentó Maxwell pensativo— ¿De casualidad saben dónde podremos encontrar al resto de padres? Sería una desgracia si no los encontramos —Interrogó a los Black con una sonrisa encantadora, Harry no debía olvidar que estaba rodeado de serpientes y que ignorarlo podría destruir todo lo que habían creado.

— Lord Potter se encuentra en el boticario si no me equivoco —Respondió Walburga mientras incitaba a los menores de su familia a encaminarse a dicho lugar, supondría que aprovecharían su ida de compras para encontrarse a los padres de sus amigos, al momento de entrar en aquel lugar pudieron ver al hombre mayor charlando animadamente con el vendedor que parecía conocerlo de hace tiempo.

— ¡Papa! —Saludó James caminando hacía su padre que se volteó a verlos sonriente.

— Hola James, ¿Cómo te lo pasaste con tus amigos? ¿Los Evans? —Preguntó dudando un poco del apellido cómo si no pudiera recordarlo del todo bien— No debes preocuparte, ya encargué tus cosas para este año en pociones, hasta puede que un poco más —Comentó alegre el hombre.

— Si, los gemelos Evans, deja te los presento —Con esas palabras el par de hermanos se adelantó unos pocos pasos del resto— Ellos son Lily y su hermano Harry —Presentó a lo que ambos hermanos inclinaron solo un poco la cabeza, ese gesto no pasó desapercibido ni para Walburga ni para Fleamont.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora