Capítulo 8

14.4K 1.5K 163
                                    

Harry estaba en un pequeño lugar medio escondido en las orillas del lago negro, ese lugar tenía un árbol frondoso en el cual podías echarte a dormir durante horas, el viento era fresco y era relajante, ese lugar se lo había encontrado junto a Ron y Hermione en su quinto año siendo donde se relajaban de todo el asunto del ejército de Dumbledore, era de los pocos lugares del castillo al que podía llegar sin levantar sospechas innecesarias, necesitaba relajarse de toda la mierda que estaba apareciendo, en primer lugar el racismo y clasismo que ocurría dentro de la casa verde y plata, por otro lado la guerra de bromas en la que se había metido accidentalmente con los merodeadores.

James y Sirius habían intentado hacerlo caer en una broma cuando acababa de despertarse y él se las había ingeniado para devolverle la trampa a Pettigrew, que se había sumado a las bromas en su contra, Remus era el único que aunque se había sumado a las bromas no a las que iban en su contra, no lo negaría las bromas eran divertidas, pero la mayoría afectaban a Severus por lo que las detenía antes de que llegarán a mayores.

Se recostó tranquilamente bajó el árbol antes de darse cuenta del par de presencias que se acercaban cada una por un lado diferente, en unos pocos minutos llegaron Grace por la izquierda y Rómulo por la derecha, cada uno lo vio con una ligera sorpresa antes de voltear a ver al otro con la misma sorpresa.

— No sabía que alguien más conocía este lugar —Mencionó avergonzada Grace.

— Creo que sería difícil que solo nosotros conociéramos este lugar —Aceptó Rómulo apuntando a un lado de Harry como si le pidiese permiso para sentarse.

— ¿Les parece si solo nos callamos y disfrutamos del lugar? —Ofreció Harry sobándose el puente de la nariz

Grace se sentó al lado de algunas flores que crecían ahí, amapolas blancas, mientras que Rómulo se recostó en el troncó, hasta cierto punto una lágrima quiso caer de los ojos de Harry, exactamente ahí se sentaban los tres juntos antes de todo, Hermione a su izquierda leyendo tranquilamente en el suelo junto a las amapolas y Ron a su derecha durmiendo recostado en el tronco.

El silencio que se formó por el lugar era extrañamente cómodo, casi como si fuese algo natural, Harry tenía la mirada posada en el cielo a la vez que cientos de recuerdos dulces y agrios inundaban su mente.










Hermione

Se había asustado un poco cuando encontró a Rómulo y al hermano de Lily en aquel pequeño lugar de paz, ya que ese lugar siempre había sido su pequeño santuario de paz en mitad del caos de la guerra en su vida pasada por lo que tal vez ingenuamente había esperado que nadie supiera de él en esta época, para su suerte Evans, que era quien estaba ahí desde antes, no había tenido problema con que todos se quedaran tranquilos a disfrutar del lugar.

Inconscientemente, o tal vez por costumbre, se recostó en las amapolas para después sacar un libro de su mochila, La historia de Hogwarts, puede que la hubiese leído varias veces pero siempre le traía buenos recuerdos, de cómo encontraron ese lugar por accidente cuando Ronald los obligó a intentar escapar de Draco cuando estaba en la brigada inquisitorial y tropezaron con el lugar por accidente.

Logró secarse la lágrima que deseaba escapar de sus ojos, estaba ahí para darles un buen futuro a sus amigos, un futuro donde pudiesen reír y jugar con tranquilidad y no tuvieran que preocuparse por una guerra, un futuro en donde Harry no perdiese a su tío (que parecía bastante agradable una vez le dabas la oportunidad) ni a nadie de su manada, un futuro en el que Ron no tuviera que llorar por la muerte prematura de sus hermanos.

Cerró los ojos alejando esos pensamientos de su cabeza y fijándose unos nuevos, había comenzado con los preparativos para convertirse en animago, no quería que Remus pasase más tiempo solo del que ya lo hacía, y aunque el proceso era bastante complicado tenía una pequeña ayuda escondida, Harry en su tiempo había comenzado el proceso junto a Sirius y le había enseñado sobre la marcha, ninguno de los dos completo jamás la transformación pero aun podía recordar la gran mayoría, Harry, ese nombre también la llevaba al chico que estaba acostado viendo al cielo a través del follaje, ese chico era casi un calco del Harry que ella conoció, mismo nombre, mismas facciones, mismas especialidades, mismos ojos, y por lo que había escuchado de Lily, el mismo temperamento.

¿Evans?... No, Peverell y ¿Serpientes?Where stories live. Discover now