Parte 35

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Liam no deja de verme, abre sus manos y las cierra, puedo notar un cierto nerviosismo.

Gira la cabeza para tratar de sonar los huesos de su cuello.

-Estoy esperando que me digas que estas bromeando -murmura serio.

Yo me le quedo mirando un poco más.

-Creí que te gustaría saber quién era su asesino -le contrarresto.

Hay un poco de pánico en su mirada, un silencio incómodo se instala en la habitación.

-Deja de sonreír, y de quererme hacer creer que hiciste algo como eso -habla un poco molesto-, sé que no eres un santo, pero también sé que no le arrebatarias la vida a una persona.

Una pequeña risa me asalta, no es el momento para eso, pero ni sé porque este momento se me hace gracioso. Tal vez porque me asalta el recuerdo cuando le corte el cuello a esa mujer.

-Eso pensaba yo, pero no es así. Liam -le respondí.

Liam luce como si recibió un fuerte golpe en el estómago, luce más rígido que antes y niega.

-Ethan. Ya basta, ¿por qué tratas de asustarme?

Su mirada azul luce tan asustada. Eso me hace sentir culpable, doy un paso hacia él, en el momento que lo hago, él retrocede.

-Liam...

-¿Has asesinado, Ethan? -pregunta con algo de enojo y miedo-, y si es así, ¿por qué me haz mentido?

Jamás le he dicho todo lo que he tenido que hacer para el señor Coleman. Liam siempre ha pensado que solo vendía sustancias ilegales. Y que le cobraba el dinero que le debían. Pero nunca imaginó que había manchado mis manos, lo he engañado a él y a mi mismo.

Porque aunque yo no he sido el que ha jalado del gatillo, pero he dado la orden para desaparecer algunas personas, y cuando el señor Coleman ordenó que acabará con aquella mujer, no tenía intensión de hacerlo. Me había negado, pero me di cuenta que esa mujer tenía dos hijos, los cuales descuidaba para irse a drogar, no los cuidaba, no los alimentaba y los golpeaba.

Eso solo desató ese dolor que ocultaba. Abrió las puertas de esa infancia que tanto odiaba. Esa época donde Liam fue infeliz y yo me sentía impotente porque solo eramos niños.

Y lo hice, la asesine con todo el rencor y odio que llevaba guardado, y aunque suene algo retorcido, lo disfrute, aunque después vino el arrepentimiento.

Pero ya no había marcha atrás, me he engañado a mi mismo, he engañado a Liam y a Lady Di.

-Tu silencio me dice todo -Liam susurra.

Él se encamina a la puerta para irse. Pero fui más rápido que él y la cerré de golpe frente a sus narices.

Él retrocede dolido y evita mirarme a los ojos.

Yo presiono la puerta con una de mis manos, resoplo cansado.

-Sí, te he ocultado cosas, pero ¿acaso crees que tendría las agallas de decirte algo así?, de ver como me miras ahora, como si yo fuera...

-Un monstruo -sus ojos se clavan en los míos.

Sus ojos se vuelven cristalinos.

Mi pecho se abre de dolor. Siempre le he temido a este día, el día que mi hermano me odiara, que me tuviera miedo, que se fuera de mi lado porque no aguantaría estar cerca de mí por todo lo que hice.

-Me odias -las palabras salen de mi boca con dolor.

El aclara sus ojos y niega, pero esto no mengua el sentimiento hiriente que empieza en mi pecho, su forma de verme no es la misma, puedo notar el miedo y el pánico en toda su expresión.

Sobreviviendo a tiWhere stories live. Discover now