MARATON 2/2

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Liam

Conduzco con algo de prontitud, me dirijo a ver a Vleidi, ya falta poco para llegar y me siento algo nervioso, puedo divisar las luces de su casa y eso hace que mi corazón solo acelere su ritmo, cada vez que estoy cerca de ella o que sé que la vere, así me pongo.

Estaciono mi auto en la acera, y miro mi aspecto en el retrovisor, no quiero que mis ojos sigan rojos, estaba llorando, no puedo superar la muerte de Javier.

Nunca pensé que lo perdería tan rápido, siempre creí que vería como me llenaba de sobrinos, los cuidaría y podríamos envejecer juntos.

Que tendríamos una larga vida, mi pecho arde y la sencación de vacio es cegador.

Odio a Kendall, lo odio tanto que si tuviera la oportunidad de matarlo, no la desperdiciaría.

Todavía sigo teniendo ese recuerdo fresco en mi mente.

Estoy conduciendo muy rápido, mis lagrimas nublan mi visión, el ritmo desesperado de mi corazón es imporsible regularizarlo.

Estoy llegando a ese punto de la carretera donde  esta ese camino para llegar a la casa de mi hermano, entro con prisa, y puedo divisar las luces rojas y azules llenar el camino.

y la devastadora imagen que esta frente a mí me hiela la sangre, el lugar esta siendo inavadido por bomberos y agentes policiales. Tratan de sofocar las llamas, aunque ya casi lo logran la casa esta casi reducida en cenizas.

Aparto las manos del volante y salgo a toda velocidad del auto. Corro hacia la casa y siento que puedo flaquear en cualquier momento.

─¡JAVIER! ─mi garganta se desgarra.

¡Que este bien, que este bien!

Un agente de la policia me frena, e impide mi paso.

─Joven no puede pasar ─me dice con autoridad.

─¡Por favor, es la casa de mi hermano! ─me defiendo─, ¡Debo ver que esta bien!

Por la forma en que me mira me desarma, no quiero ni pensar que algo malo le paso. Necesito verlo.

─Joven calmese por favor, dejenos trabajar ─es lo único que dice.

Creo que mi pecho se abrirá del dolor, intento zafarme de él, pero es fuerte.

─¡Suelteme! ─le ordeno lleno de lagrimas.

Desvio mi vista de él, y ahora pongo mi atención en lo que queda de casa.

Y entonces mi mundo se desmorono, habían dos bolsas negras en el piso, no habia que ser listo para saber que eran dos cadaveres lo que se encontraba ahí.

El más fuerte y doloroso alarido salió de mi boca, haciendo que el policia me suelte para tapar sus oídos.

Como pude arrastras me acerque a los cadaveres, llegue a ellos y el dolor  se adueño de mi, esto no puede estar pasandome, no mi hermanito lindo, él no, era lo único que me quedaba, él era mi mundo, la familia que tenía era él.

Me sujetaron de la espalda.

─Por favor calmese ─me pidieron con firmeza.

Mi cabeza choco con la tierra y ahí llore amargamente, estoy derrotado, ya estoy jodido completamente.

─Por favor, levantese ─él oficial me pidio con algo de tristeza en su tono.

¿Y ahora cómo continuo?, ¿Cómo seguire adelante solo?

Sobreviviendo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora