Parte 5

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Kendall me llevaba arrastras por el pasillo, se veía furioso. Me hizo entrar a la habitación ejerciendo presión en mi brazo, chillé del dolor, pero a él no le importó.

─Ya que te quieres comportar como una salvaje, te voy a tratar como una ─me gritó.

Trataba de zafarme de su agarre, pero era inútil.

Kendall buscaba algo en su armario, sonrió victorioso cuando pudo dar con lo que buscaba, mi sangre se heló cuando pude ver un cinturón en su mano libre.

─¡Suéltame! ─grite muerta del miedo.

Pero Kendall me ignoraba por completo. Salimos de la habitación. Ian me miraba aterrado desde el pasillo, su mirada llena de impotencia me consumió.

Kendall me llevó al patio trasero, los guardias que estaban a los alrededores nos miraban confundidos, por más que trataba de que Kendall me soltara, nada resultaba.

─¡Déjame ir! ─grite con todas mis fuerzas.

Kendall me tomó del cabello y me hizo mirarlo.

─Cállate... ─dijo entre dientes.

Volvimos a la andada y Kendall me llevo a un extremo del patio, donde haba una jauría de perros, que realmente se veían bien peligrosos, estos al verme comenzaron a ladrar, toda mi piel se puso de gallina, mis ojos se llenaron de lágrimas.

Kendall me tomó por ambas manos y con un pedazo de cuerda que había allí fue haciendo nudos fuertes.

─Kendall... ─susurre petrificada─. ¿Qué piensas hacer?

No respondía a mi pregunta, y eso incrementaba más el miedo y la incertidumbre.

Luego de haber atado mis manos, tomó el otro extremo de la cuerda y la ató a un árbol cercano. No sé el porqué, pero eché un grito de impresión enorme. Me di cuenta de qué iba hacer en ese momento

"Me va a dejar atada como a un perro"

Ya mis mejillas estaban bañadas de llanto al ver semejante humillación. Una horrible y asquerosa sensación se formó en mi estómago. Las ganas de vomitar se hicieron presentes.

─Esto es lo que haces a la mujer que según dices que amas... ─lo mire herida.

Kendall suspiro.

─Enserio te amo, chiquita ─Kendall se acercó a mí.

Acaricio mi mejilla con ternura, pero sus ojos denotaban locura.

─Pero debo enseñarte a comportarte ─prosiguió─, estas portándote muy mal, y debo enseñarte medidas.

Negué, esto es una locura.

─Kendall... esto no es amor, mírame, me tienes atada a ti sin yo quererte, por favor ─suplique─, déjame ir.

─No ─me tomó fuerte del rostro─, sé que aún estoy en tu corazón, lo sé. No te irás nunca de mi lado, eso jamás.

Kendall soltó mi rostro. Cerré mis ojos de la frustración, quiero despertar de esta horrible pesadilla, no aguanto más.

Caí de rodillas al suelo, deje escapar los sollozos que se formaban en mi garganta, Kendall aún seguía delante de mí.

─Lady Di, debo irme, tengo cosas que hacer... pero, ¿ves este cinturón?, es por si acaso empiezas con tus salvajadas, domarte ─Kendall agregó.

Después de varios segundos, Kendall se marchó.

Me senté en el suelo, me quedé varios minutos ahí pensando, en qué mierda pensaba cuando me enamore de Kendall, qué rayos le veía, por qué estaba tan ciega.

Sobreviviendo a tiTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon