Parte 10

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Después de que Kendall me dejará tranquila en la cama, con un mal sabor en la boca de que no sabía si podría aguantar las ganas de no tocarme por dos semanas, no pude conciliar el sueño de una vez. Kendall entró a tomar una ducha.

Yo solo me quedé boca arriba pensando en muchas cosas. No sé el porqué, pero tenía a Ángel metido en mi cabeza, tal vez porque me metió la mano cuando me sentí tan necesitada de alguien.

Me duele mucho que no pudimos conocernos a fondo. Kendall se tardaba en el baño y eso me encantaba, ojala que se quede ahí para siempre.

Cerré mis ojos,  me quedé pensando en recuerdos de mi infancia, recuerdos de mi padre Raul. Sé que si mi padre estuviera vivo nada de esto hubiera pasado, pero que más da.

Caminaba en el pasillo del segundo piso de la casa de Ethan, por las ventanas entraban unos rayos de sol cegadoras, pero luego de segundos la luz se moderó, miraba por todos lados buscando a Ethan, pero no lo veía, baje las escaleras, pero tampoco lo veía.

Una voz que no lograba entender me llamaba desde la cocina, hice caso omiso, no quería ir, mejor rechacé aquella oferta y me devolví por las escaleras, la casa no tenía el color que recordaba de la casa de Ethan, ahora era de un color naranja intenso, caminaba despacio por el pasillo.

─Ahí estas ─esa voz, sé que es la de él.

Gire y sonreí al verlo, me sonreía, su rostro reflejaba calidez y paz, era el simple contraste de como lo vi anteriormente.

─Que hermosa estás, simplemente bella ─volvió a decir.

Di un paso hacia él, no podía aguantar las ganas de abrazarlo, vi como una sombra a lo que yo describí como transparente, traspasó mi cuerpo, me quedé en shock.

Me di cuenta que una mujer me había traspasado, me quede helada por unos momentos. Mire a Ethan, ahí me di cuenta que, sus ojos no me miraban, veía a la mujer que me traspasó como si de humo yo estuviera hecha.

Ethan... ─susurró con dulzura aquella joven.

Tallé mis ojos con mis manos, y todo mi cuerpo se encrespó cuando aquella joven era idéntica a mí. Llevaba puesto un vestido floral que estaba unos centímetros arriba de mis rodillas. Ethan y la que parecía ser yo se abrazaron.

Fue un abrazo tan lleno de la necesidad tanto el uno, como el otro. Estaba tan lleno de amor, pero sobre todo se podía sentir la nostalgia. Mi yo idéntica tenía lagrimas en sus cuencas. Mi corazón se encogió por aquello.

Todo se empezó a poner triste.

Yo solo podía verlos. Verlos y no decir nada, ya que de seguro ellos no me escuchan.

Perdóname ─la voz de Ethan se escuchó derrotada.

Lleve mi mano al pecho. La misma sensación de asfixia que sentí al darme cuenta que Ethan murió volvió repentinamente. Otra vez el maldito dolor se adueña.

Mire a Ethan, la que debería perdón soy yo, por mi culpa estas muerto. Pudriéndote cada día. Ethan, perdóname tú a mí.

La joven con mi parecido se separó de él.

─Te perdonaré, si vuelves conmigo, si vuelves de tu viaje ─habló esperanzada.

Ethan se le llenaron los ojos de lagrimas. Su cara reflejó el sufrimiento que esto le causó.

─Entonces no podrás perdonarme, porque de este viaje es imposible volver ─respondió Ethan.

Sobreviviendo a tiWhere stories live. Discover now