Amélie
Caminé por toda la estancia buscando a Fiorella; yo no la había visto nunca, la familia D'angelo al igual que la nuestra, no presentaba a sus hijos hasta que fueran mayores de edad o algo menos, si ellos estaban de acuerdo. Sin embargo, esto no había pasado con Alessandro. Él desde sus quince años, cuando yo tenía diez, estaba a punto de comenzar a trabajar para la mafia. Ahora que ya tiene casi veinticinco años, evidentemente continúa en ella y ocupa el lugar que le corresponde, ya que su padre es el jefe.
Cuando por fin vi a Bianca, busqué a su alrededor a su hija, a la que encontré.
- Disculpa, eres Fiorella, ¿Verdad? - La chica se sonrojó y asintió. - ¿Puedo hablar contigo?
- Creo que los tres deberíamos hablar. - Respondió Alessandro detrás de mí.
- Yo creo que tú sobras en nuestra conversación. - Expuse malhumorada.
- Es mi hermana.
- Eso no tiene nada que ver.
- Fiorella. - Demandó Alessandro.
Ella miró a su alrededor, procurando que nadie nos estuviera mirando, nos cogió a ambos de las manos y nos llevó al baño. Cuando entramos, cerré la puerta con seguro.
- ¿Y bien? - Habló el hombre, desesperado. Yo le di una mirada de advertencia que gritaba "cállate o no respondo". Él puso sus ojos en blanco y miró a su hermana.
Ella no dijo nada, así que me adelanté.
- Yo sólo quería pedirte perdón. No sabía que eras menor de edad y yo estaba un poco... - enseñé mi mano con el dedo meñique y pulgar levantados, simulando una botella. - Nunca hubiera hecho nada contigo de saber que eras menor.
- No soy menor, cumplí los dieciocho hace casi un mes. - Contestó sonriente. - Pero acepto tus disculpas.
Yo miré mal a Alessandro, ya que me había mentido y casi podría jurar que vi un atisbo de sonrisa en sus labios. No obstante, volvió a ponerse serio en cuestión de segundos.
Alessandro
- Quiero saber qué ocurrió ayer.
- Y yo quiero que te marches. - Contestó Amélie indignada. - No tienes por qué saber nada de lo que hacemos Fiorella y yo.
- ¡No eso! El hombre, qué ocurrió con ese hombre.
- ¿Qué crees que ocurrió, Alessandro? - Preguntó, y por un momento me quedé pensando en lo bien que sonaba mi nombre cuando ella lo pronunciaba. - Pues él metió su...
Tenía que cagarla.
- ¡Ya, ya! Me refiero a las marcas. - Contesté al borde de la desesperación.
Fiorella levantó las mangas de su vestido y le enseñó las marcas a Amélie. La pelirroja las miró detenidamente y pasó su dedo por encima de ellas.
- Tengo unas iguales. Pero me las he cubierto con maquillaje. Sin embargo, lo mío fue bastante consentido. ¿Lo tuyo no?
- Mi hermana se quedó sola con ese hombre y...
- Y me hizo esto. - Contestó muy tensa.
- Por eso lo estás buscando. - Dedujo Amélie. - Os ayudaré, si es lo que queréis.
- En realidad, no hace falta, pero...
Mi teléfono sonó, era mi madre así que atendí.
- ¿Bianca?
- Alessandro, coge un coche con tu hermana ahora mismo y ve a casa. Si ves a Amélie, llevadla con vosotros, su familia está aquí.
- ¿Qué está pasando? - Pregunté confundido.
YOU ARE READING
L'affare
Romance- Entonces, vita mia, ¿tenemos un trato? • • • En la mafia no siempre es posible escoger, y cuando es posible, todas las opciones parecen ser igual de malas. Alessandro y Amélie nunca pensaron en casarse, pero ahora que les conviene, tienen un trat...