•°02 Pétalo°•

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Es extraño como la voz de una persona puede causar una sensación de adormecimiento tan grande, que es casi imposible mantenerse despierto. Con esto Luo Binghe confirma otro rumor. Los instructores son tan estrictos y serios que su sola palabra te aburre o te estresa. Al menos así se sintió él mientras escuchaba al instructor Liu Qingge hablar sobre derivadas. Con un entusiasmo tan grande hasta los pequeños pájaros escarbando en el suelo le parecían interesantes, porque lo hacían con perseverancia, como si picotear les trajera algo más grande que unos sencillos gusanos.

Al ver finalizada la labor de los pajaritos desvió su mirada a la herida en sus nudillos, recordando el acontecimiento de la mañana.

Habiendo despertado de mal humor, se preparó para ir a dar un paseo, vistiendo un uniforme blanco y pulcro. Horrible día para ese color. Debido a una mala noche, despertó más temprano de lo que le gustaría, y sin tener nada que hacer, tomó en sus manos el libro de reglas y salió de su habitación. El día anterior no había podido leerlo, ni siquiera podía verlo, incluso pensó en formas de escapar o de que lo echaran, pero con el pasar de la noche se fue haciendo a la idea de que no podría hacerlo. Al final, eso sólo sería un punto en contra con su padre, y ya tenía muchos acumulados. Así que no le quedó más que leerlo mientras caminaba por los pasillos casi deshabitados, sólo cruzándose con algunas personas de vez en cuando.

Mientras caminaba a la deriva, se dio el lujo de mirar a su alrededor. Ya de por si, el lugar era elegante y tenía buen mantenimiento, digno de la familia Lan, los cuales no soportarían ni una mancha en una pared. Puede asegurar que si eso llegará a pasar, mandarían a alguien para arreglarlo en el menor tiempo posible. Pensando en ello, había recordado a Lan WangJi. Al parecer era verdad que enviaban a sus futuros líderes a este lugar. Siendo educado por una familia así, a Luo Binghe no le sorprendería que fuera tan quisquilloso, podría asegurar aquello
por lo que pasó el día anterior.

En el sereno de la mañana, la brisa fresca chocó contra su rostro, dándole calma mientras se apoyaba en el barandal del puente. El aire se sentía helado, la cabeza le punzaba por la falta de sueño y tenía los ojos entrecerrados sin necesidad de disimular su enojo. Leyendo las reglas, que cada vez le parecían más aburridas y más absurdas, estaba por jugar a cuál sería la más divertida de romper, hasta que escuchó un ruido. Había murmullos que se hacían cada vez más claros a cada paso que daba, hasta que escucho el sonido de un objeto pesado golpeando algo.

"La mierda como ustedes necesita quedarse donde pertenece. Fuera de mi vista." Una risa nasal se escuchó en forma de burla. Dos chicos ayudaron al muchacho que se encontraba tirado en el suelo. Su cabeza tenía una herida que sangraba. Los otros tres agarraron sus bates con mas fuerza mirando con rabia al pelinegro que seguía mirándolos de forma socarrona.

Es curioso como un lugar que tiene reglas hasta en la postura de dormir puede volverse tierra de nadie antes de que el sol alumbre por completo. Sólo ver el espectáculo de cinco personas armadas, antes seis, contra una sola persona. O este tipo les hizo algo muy malo o sólo tenían ganas de causar problemas. Algo así sería divertido de ver.

Luo Binghe tomó una postura despreocupada mientras veía a los chicos atacar y al pelinegro defenderse. El joven que parecía el líder le ordeno a dos muchachos que lo distrajeran mientras él se encargaba de atacar por detrás, y aunque sabía que no debía involucrarse en una pelea que no tenía nada que ver con él, no pudo evitar que su cuerpo reaccionara por instinto, se acercó con velocidad y balanceo el libro dando un golpe limpio al joven justo en la nariz.

El pelinegro giró su rostro por un segundo para verificar lo sucedido, al ver al "líder" tirado en el suelo y tocando su nariz, con otro par de movimientos y ayuda de Luo Binghe se encargó de hacer retroceder a los demás, incluso se dió el lujo de usar el libro de reglas para golpearlos de vez en cuando, y no les quedó nada más que huir. Al ver como se alejaban exhalo unas cuantas veces debido al trabajo físico mientras miraba al chico que se había entrometido.

Los susurros de una flor [BingQiu]Where stories live. Discover now