•°22 Pétalo°•

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Yan HeQing no esperaba comenzar así su día.

Había podido hablar con Ling Xiao y estaba por reunirse con él, se levantó temprano y fue a una cafetería. Pidió un desayuno sencillo y compró un té helado para el camino, la mañana comenzó bien hasta que un tipo cayó sobre él y por reflejo lo sostuvo.

El hombre en sus brazos estaba un poco pálido por el susto de la caída. Yan HeQing lo miró serio hasta que carraspeó. Este tipo cayó en sus brazos y se abrazó a su cuello, bien, fue por reflejo. Es normal que cuando te caes tratas de aferrarte a algo.

¡Pero ya suéltalo, ¿no?!

"¡Instructor Xiao! ¿Se encuentra bien?" Liu Mingya se acercó junto a otros alumnos mientras Xiao YuAn se soltaba del extraño al que había incomodado.

Vaya forma que comenzar el día. Terminó siendo la vergüenza pública frente a sus alumnos.

"Estoy bien, no rompan la fila."

¡Por todos los cielos! Rezó por sus alumnos pero no por él mismo. ¡¿Esto puede llamarse karma?! Pero si no hizo nada malo.

Excepto caer sobre un desconocido y derramar sea lo que sea que llevaba sobre él.

¡Xiao YuAn quería convertirse en un avestruz y enterrar su cabeza tres metros bajo tierra!

"Lo siento tanto, no me di cuenta que..." trató de explicar nervioso. La camisa y saco de ese hombre estaban manchadas de té.

Yan HeQing respiró profundo. "Olvídalo, déjalo así." En un tacho cercano tiró el vaso, se quitó el saco y trató de secar la húmedad de su camisa.

"¡No! Enserio, lo siento tanto." Xiao YuAn no había traído su cartera, así que en lugar de eso buscó papel y escribió. "Ahora no tengo mucho dinero, pero pagaré por esto. Ten." entregó el papel con el número a Yan HeQing, quien lo tomó confundido.

Él lo miró por unos segundos, asintió y se fue, no sin antes decir: "Ten cuidado por donde caminas"

Xiao YuAn lo despidió con un sonrisa rígida. Soltó un fuerte suspiró y volvió a subir las escaleras bajo la mirada de todos sus alumnos. ¡¿Qué?! ¿Acaso ninguno tuvo un accidente alguna vez?

"Ojalá esten así de concentrados en el museo." Bufó enojado, respiró para tranquilizarse, y con la voz más profesional que pudo obtener dijo. "Bueno, chicos, todos tenemos accidentes, pero el tema ya pasó. Ahora concentrémonos en lo que venimos a hacer."

Shen Qingqiu agitó suavemente el abanico frente a él. Esto se lo tiene que contar a Binghe cuando regrese.

Un murmuro llegó a su oído. "Ey, Shen."

"¿Qué pasó?" Contestó en un susurro.

"¿Crees que el instructor Xiao esté bien?"

Con un ojeada, Shen Qingqiu asintió.

"Fila uno, comiencen a ingresar. Fila dos sigue después. No son niños así que recuerden mantener el orden." Ordenó Xiao YuAn. "Señoritas, no quiero que ninguna se aleje. Las cosas no están muy bonitas hoy en día. Lo mismo para los hombres."

La visita al museo fue tranquila, en cierto modo. Había quienes caminaban rápido y eran regañados; quienes fingían estar interesados en las obras; y quienes fingían estar interesados pero disimulaban su caminar. Como Shen, que veía una pintura, analizaba si nivel de dificultad y se iba.

Encontrar un ejemplo sencillo fue un poco complicado, pero al final pudo conseguir uno. Algunas chicas seguían preocupadas por el instructor, otros murmuraban chismes; a Shen Qingqiu no le importaba, lo único que quería era regresar.

Los susurros de una flor [BingQiu]Where stories live. Discover now