Tu Voz, Mi Adicción

CAPÍTULO XLI

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Kagome miraba a la distancia como Inuyasha, Sango, Miroku y Rin trabajaban en el interior del establo. Sesshomaru permanecía a su lado también divirtiéndose con el espectáculo, vestía el look del pueblo, como un cowboy.

— Oye cuñado...

— No me llames así. — mascullo Sesshomaru al escuchar a la embarazada azabache.

— ¿Por qué no estás con los demás limpiamdo la mierda de los hermosos animalitos? —  ignoró Kagome la molestia del hermano de su pareja.

— Tremenda mierda que defecan esos "animalitos" — masculló Sesshomaru — Alguien tiene que hacerte compañía...

— ¡Oh pero que pretexto imposible de creer! — se carcajeo Kagome al escuchar la respuesta de su cuñado — Pero bueno... ya que estás aquí hay algo que quiero preguntarte — soltó Kagome aún dubitativa.

— ¿Qué es?

— Tú... ¿Me contarías sobre los padres de Inuyasha? — Sesshomaru la observó sorprendido, no se esperaba la pregunta que la azabache le lanzó a la espera de una respuesta.

— Por... ¿No deberías buscar esta respuesta del cabeza hueca de tu novio?

— Créeme que sí lo pensé, pero pese al tiempo que llevamos conociéndonos y estando juntos él, en ningún momento mencionó a sus padres. La única vez que hablo algo con respecto a su familia fue cuando tu apareciste en mi casa — Kagome suspiro preocupada — Quisiera estar equivocada, pero llegue a la conclusión de que algo ocurrió con sus padres y que todavía es un tema difícil para Inuyasha y por eso no habla de ellos...

Sesshomaru quedó en silencio por varios segundos que perecieron eternos, a la distancia observó a su hermano menor luchar con la carretilla para volcar todo el contenido de excremento en la cima de abono.

Cuánto tiempo había pasado, cuánto Inuyasha había crecido y había progresado como artista y persona.

Pero el tiempo no había sido suficiente para que Inuyasha superará la perdida de sus padres.

— Tu conclusión no esta lejos de la verdad — habló Sesshomaru después de los largos segundos reflexionando — Nuestro padre y la madre de Inuyasha... fallecieron.

Kagome suspiro profundo al escuchar las palabras del peli plata mayor, cerro sus ojos asimilando la noticia, ella también observaba a la distancia a su pareja con sincero cariño en su mirada.

— Sí Inuyasha todavía no te ha hablado de ello, es porque aún le cuesta aceptar que no están...

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—  ¿No me contarás todo cierto?  — Kagome miro reprochosamente a Sesshomaru.

Su cuñado la observo estoico ¿Contarle todo? No, él solo había tenido la necesidad de hablarlo  y revelarselo a una persona la cuál hasta el momento consideraba importante en su vida.

— Lo correcto es que Inuyasha te lo diga, a mí no me involucres — de manera desinteresada respondió Sesshomaru, a lo lejos observaba a todos trabajar en la limpieza completa del establo, frunció su ceño cuando cruzo mirada con su hermano.

— ¡Sesshomaru maldito! ¡Ven aquí y ayuda, que el que apareció en pelotas fuiste tú, no yo! — en tono molesto y con su puño en alto grito Inuyasha.

— ¿Enserio Kagome?  ¿No pudiste encontrar un mejor modelo? —   bufó Sesshomaru señalando en dirección a su hermano.

— Llegué solo para los modelos defectuosos — sonrió graciosa Kagome.