CAPÍTULO VI

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SEMANA MARATÓNICA
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El resto de la semana fue igual de aburrido que su primer día de trabajo, aburrido y frustrante debido al humor insoportable del peli plata

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El resto de la semana fue igual de aburrido que su primer día de trabajo, aburrido y frustrante debido al humor insoportable del peli plata.  Secciones fotográficas para cinco revistas diferentes, filmaciones para bebidas energéticas, productos tecnológicos, algunas entrevistas en donde tenía a todos engañados con su sonrisa y su aparente buen humor y humildad.

Pero en la mansión se comportaba como realmente era, pero Kagome no se dejaba pisotear, en ves de solo recibir, la azabache devolvia el doble para que Inuaysha diera el triple terminando con esa mansión justo antes de dormir en una casa de los gritos.

Hoy Kagome tenía libre el día, pero no tenía nada que hacer o sí, pero lo que quería hacer no le alcanzaría esas 24 horas miseras libres que tenía, se sentó en la isla de la cocina hablando con Kaede antes de que el irritable y malhumorado de su jefe hiciera presencia.

— Hay jardín ¿Cierto?

— ¡Por supuesto!  Y uno enorme y hermoso ¿No lo has visto?

— No tuve tiempo en la semana, después del desayuno iré a darme una vuelta — anunció alegorica Kagome.

— ¿Pesada la semana?

— Más que pesada, aburrida, pero ya me acostumbraré — sonrió positiva la azabache.

—  Kaede el desayuno — se escuchó la demandante voz de Inuyasha, Kagome observó detenidamente como su jefe se sentaba en su lugar habitual a la espera de su desayuno.

—  Buenos días señor, enseguida se lo llevo — saludo deprisa Kaede al peli plata, Kagome se apresuro y tomo la bandeja del desayuno en sus manos sorprendiendo a Kaede.

— Yo la llevo, tranquila —  sonrió Kagome mientras se marchaba hacía el comedor, llegó y puso el desayuno frente a Inuyasha, sobre del individual —  ¿Sabes? — calmada empezo a hablar — Cuando alguien dice "buenos días, buenas tardes, o buenas noches" se responde de la misma manera.

—  Ajá.

— ¿Ajá?  — repitió la azabache del otro lado de la mesa mirándolo fijamente — Ahora me deberías de agradecer por la acción que acabo de realizar

—  Ajá.

— ¡Inuaysha!  — golpeó la mesa Kagome frustrada por la falta de educación y amabilidad en el cantante — Dilo...

— ¿Decir qué?  — aburrido la miro, Kagome agarro la cuchara que estaba en el frasco de azúcar y lo apunto sorprendiéndolo y asustandolo por la actitud mafiosa de la azabache —  Pero que mierda...

— ¡Dilo!

—¡Que insoportable eres! — exclamo rendido —  ¡Buenos días y gracias! — grito fuertemente dejando a la azabache satisfecha con el resultado.

Tu Voz, Mi AdicciónWhere stories live. Discover now