CAPÍTULO XXXVIII

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CAPÍTULO XXXVIII

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CAPÍTULO XXXVIII

La puerta de su mansión se abrió y resonó al ser cerrada nuevamente, Inuyasha se puso de pie junto con Miroku a la espera de la única ayuda que el peli plata podría utilizar para escabullirse hacía el pueblo de su novia.

En la sala apareció la imponente presencia de Sesshomaru Taisho mirando con inferioridad a su medio hermano y al peli negro.

— ¿Enserio es tu hermano? — murmuro Miroku inclinándose en dirección al peli plata.

— ¿Qué no vez el parecido estúpido? — señalo Inuyasha.

— Parecido físico...pero, su mirada me mata de hipotermia — Miroku se sacudió sintiendo un escalofrío meterse por debajo de sus prendas.

— Pero sí ya lo conociste en el pueblo...

— No lo conocí, lo vi. Y en ese momento no estábamos solos...

— Estúpido Inuyasha ¿Me vas a decir para que me llamaste de manera tan desesperante? — exclamo alto Sesshomaru cruzando sus brazos por encima de su pecho mirando de manera aburrida a su hermano y amigo.

— Necesito que te hagas pasar por mí unos minutos...

— ¡Ja! Yo me largo...

— ¡Espera Sesshomaru! — detuvo Inuyasha a su hermano — Tú sabes que no te hubiera llamado sí de verdad no te necesitara. Pero en esta ocasión, necesito tu ayuda...hermano.

— Hmp...

°°°

— Ese maldito... — mascullo Sesshomaru saliendo de la mansión dentro del coche de su hermano menor vistiendo su ropa y cubriendo un poco su rostro con una gorra negra, el cabello peli plata resaltaba de manera llamativa.

Inuyasha le había suplicado su ayuda, Sesshomaru tenía que aparentar ser él de manera que atraiga la atención de los reporteros y lo siguieran a él mientras que el peli plata menor tomaba eso como ventaja y huía de su mansión en una camioneta 4x4 llevando en la parte trasera el Moisés para su futuro hijo.

— Maldito...y me hago llamar su hermano — siguió mascullando manejando sin dirección alguna mientras era seguido por las camionetas negras de todos los reporteros, ya había pasado más de 15 minutos, Inuyasha seguramente ya no estaría en la mansión.

Se estaciono en una gasolinera y bajo del coche a la vez que varios reporteros y fotógrafos se acercaban a él disparando sus cámaras con flashes. Sesshomaru se sacó la gorra y disparo su mirada fusilante y congelante a la exagerada cantidad de reporteros y fotógrafos haciendo que esto detuvieran sus pasos congelados del miedo.

— Tu...tú no eres Inuyasha — tartamudeó uno.

— ¿Estás comparándome con ese cantante de cuarta? — masculló Sesshomaru con su tono de voz grave — ¡Como te atreves!

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