CAPÍTULO XIV

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Kagome e Inuyasha se encontraban en el camerino del cantante, la azabache lo ayudaba a memorizar y ensayar el guion de las escenas que tenía que grabar el día de hoy

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Kagome e Inuyasha se encontraban en el camerino del cantante, la azabache lo ayudaba a memorizar y ensayar el guion de las escenas que tenía que grabar el día de hoy.

— ¡No, no, no quiero que te vayas! Lloro desconsolada...

— ¡No Kagome! — exclamo Inuyasha saliendo de su papel una vez más, la azabache lo miro aburrida — Ya te dije que no tienes que leer lo que está entre paréntesis, las emociones y acciones no se leen en voz alta.

— ¡Yo no soy actriz! Deberías de ensayar con la señorita Sarah...tú interpretaras esta escena con ella — chilló Kagome como una niña.

— Basta, continuemos — Inuyasha volvió a leer el guion — No, no te vayas...luego te acercas corriendo, haces puntitas y me besas...

Bieee... Espera ¿Qué? No pienso besarte Inuyasha — Kagome retrocedió dos pasos de Inuyasha mientras leía el guion — Además, la escena de beso es mañana — protesto Kagome.

— ¿Entonces me besas mañana?

— ¡Ni mañana, ni pasado, ni nunca! — exclamo alto, Inuyasha suspiro, adiós al intento de volver a probar esos apetecibles labios de la atolondrada azabache.

— Bueno, tenía que intentarlo — suspiro Inuyasha dejando caer sus brazos a sus costados.

Una nueva semana comenzaba, el tiempo que estaban pasando juntos ya superaba los dos meses, Kagome seguía marchándose las noches de sábado regresando en la noche del domingo o en la mañana del lunes, Inuyasha pasaba esas pocas horas sin la presencia de la azabache y solo en compañía del gordo gato, el luchaba contra la soledad y el silencio de la enorme mansión. Las insistencia por parte de Inuyasha de que lo besara no habían parado, pero Kagome siempre con indiferencia y molestia lo rechazaba.

— Voy al baño, enseguida vuelvo — Inuyasha salió del camerino dejando sola a la azabache.

Saliendo del baño y regresando a su camerino desde el estudio se empezó a escuchar una melodía lenta con guitarra acústica, la voz melodiosa...

— ¿Dónde escuche antes esa voz? — se preguntó escuchando la letra.

"Te conocí un día de Abril, el día común el día que menos lo esperaba. Yo no pensaba en el amor, ni lo creía y mucho menos lo buscaba..."

Abrió la puerta de su camerino con sigilo al escuchar la misma voz desde adentro. Kagome ordenaba sus cosas concentrada mientras repetía la canción que se escuchaba desde el estudio.

"Y de pronto, apareciste tu...destrozando paredes e ideas te volviste mí luz..."

— Eres tú... — murmuro Inuyasha haciéndose notar y cerrando la puerta de golpe — Eres tú...

— ¿Qué yo qué? — Kagome confundida lo observo y dejó de ordenar las cosas para observarlo con toda su atención.

— La canción que sonaba en el estudio, tú la cantabas — Inuyasha empezó a acercarse de manera lenta.

Tu Voz, Mi AdicciónWhere stories live. Discover now