La vida para Inuyasha Taisho desde niño había sido sencilla o así es como la veía él desde su propio punto de vista personal.
En su prestigiosa infancia descubrió que era alguien bueno para el canto y a él eso le encantaba.
Cuando un agente de una...
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— Este es un buen lugar para la desconexión total del mundo, no hay señal, no hay internet y tampoco hay televisión...
— ¡Ey! Tenemos una en la casa — soltó Kagome ofendida.
— Sí, pero solo agarra los canales de películas y telenovelas...
— Eso es mentira, también están los programas de entretenimiento. Y la señal e internet ¡Agarra la camioneta de Sota y ve al cibercafé de Don Julio! — Kagome volteo los ojos debido al dramatismo de su pareja.
— ¡Don Julio está en la otra punta! Y tu familia prohíbe los programas de entretenimiento cuando tú estás aquí...
— Inuyasha... — Kagome desesperada lo llamo.
— Lo que quiero decir... es que me hace bien estar lejos de la tecnología, de las redes sociales, el internet, los videos entretenidos de Youtube...sí, me hace bien...
— Ajá sí, claro — sarcástica soltó la azabache.
— Es la ver...
— ¿Ya viste como tienes que hacer?
— Eh...no, me distraje...
— Mira, presionas y estiras para abajo, no con demasiada fuerza sino la señora vaca se molestara y te pateara — Kagome le enseño una vez más como extraer la leche de las tetas de las vacas — Tu turno... — Kagome le cedió el lugar a Inuyasha y este dudando lo hizo.
— Ay, siento que te engaño.
— ¿Por qué? — extrañada pregunto Kagome.
— Las únicas tetas que quiero tocar, apretar y succionar son las tuyas Kagome...
— ¡Concéntrate! — Kagome roja de la vergüenza le dio una palmada en su nuca — Sí mi papá te escucha nos manda a los establos...
— Me concentro, me concentro...
Inuyasha con cuidado rodeo con cada una de sus manos una ubre de la vaca escuchándola como soltaba su característico sonido "Muuuu".
— Muuu tranquila... — murmuro Inuyasha y tal y como dijo su novia apretó y estiro — Sale como una manguera ¡Está saliendo! — exclamo asombrado Inuyasha, parecía un pequeño niño descubriendo un gran secreto — Uno, dos, uno, dos, uno, dos... — siguió diciendo a la par que sacaba la leche de la vaca con éxito .
— Vaya que le agarraste práctica — asombrada observo Kagome como su novio llenaba el balde lechero hasta llegar a la mitad
— Esto es divertido — Inuyasha disfrutaba de lo que había aprendido con éxito.
— ¿Cómo dormiste? — curiosa pregunto Kagome, se encontraba detrás de él masajeando sus anchos hombros.
— ¡Agh! Tendré que hablar con tu padre, es injusto dormir bajo el mismo techo pero en diferentes habitaciones. Ya estás embarazada ¿Qué otro riesgo puede haber? No te puedo embarazar por segunda vez ¿O sí? — la miro confundido, inexperto en la materia anatomía y sobre el tema de maternidad.
