CAPÍTULO III

393 74 37
                                    

SEMANA MARATÓNICA
Comentar y votar...

— ¡Yo no puedo estar aquí! ¡Yo tengo mi casa, yo tengo donde vivir! — exclamo Kagome al estar dentro de la mansión del famoso cantante, trataba de huir pero era retenida por los brazos de Miroku

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— ¡Yo no puedo estar aquí! ¡Yo tengo mi casa, yo tengo donde vivir! — exclamo Kagome al estar dentro de la mansión del famoso cantante, trataba de huir pero era retenida por los brazos de Miroku.

— Seguro un basurero... — aburrido soltó Inuyasha.

— ¡Sera un basurero pero es más acogedor que este frío lugar al que llamas hogar! — con bronca soltó Kagome fulminándolo con su chocolate mirada.

— ¡Vivir aquí es parte de tu trabajo!

— ¡Solo soy una simple asistente!

— ¡Una asistente que asiste 24/7!

Mirada ambarina con chocolate se enfrentaron en una batalla silenciosa, el que parpadeaba perdía.

Inuyasha nunca se imaginó que la menuda azabache le respondiera y que de allí surgiera una absurda discusión.

— ¡Pues renunció!

— ¡Nooo! — grito Miroku aturdiendo con su grito a la azabache que la tenía a su lado — ¡Eso no! — dejo en claro.

— No puedo vivir aquí, en mi casa tengo mis cosas — hablo un poco más serena la azabache.

— No hay problemas, traes tus cosas — propuso Miroku advirtiendo con la mirada a Inuyasha de que guardara silencio.

— No pienso abandonar a mí gato — siguió Kagome.

— ¿Gato? — murmuro Inuyasha sin desaparecer la molestia de su rostro.

— Sí, un gato ¡miau, miau!

— Sin problemas, vivirá aquí. Inuyasha no es alérgico así que no habrá de que preocuparse — asintió Miroku seguido de una dubitativa Kagome.

— ¡Deja que renuncié, conseguiremos otra que nos traiga menos problemas! — protesto Inuyasha anudado a los favores que su agente le daba a su nueva asistente.

— No renunciará — le masculló el peli negro a su cliente sorprendiéndolo luego se giró hacía la azabache sonriéndole — En unos minutos salimos con la camioneta para tu mudanza.

¡Fhe! — Inuyasha molesto se dirigió a las escaleras, subiendo directo hacía su habitación mientras murmuraba cosas inentendibles.

— ¿No te parece que me estás dando mucho favores para ser una simple asistente de ese niño mimado?

— ¡Escuche eso! — desde el segundo piso el grito de Inuyasha se escuchó, sobresaltándolos a ambos.

— Escucha... — Miroku hablo despacio — Ya te dije que es solo hasta...

— Que consigas a alguien más... — completo Kagome blanqueando los ojos — No debería de tardar más de dos días.

— Voy a tardar, eso es seguro. La mala reputación de Inuyasha aterra a las candidatas, así que hasta que consiga a alguien con tu carácter y tu inteligencia, tú serás la asistente.

Tu Voz, Mi AdicciónWhere stories live. Discover now