Capitulo 5

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Camila trató de contener la risa mientras veía a Simon sonrojarse más que un tomate. Sin embargo, el hombre estaba visiblemente irritado y trataba de permanecer imparcial.

- Este es un caso de extremo cuidado, señor. - El insistió. - Entiendo que la madre de la paciente quiera esto, pero al menos déjeme acompañarla. Esa chica es un milagro viviente, ante nuestros ojos. - El jefe del hospital tiró de la comisura de la boca y miró a Camila.

- ¿Cree que pueda hacer eso, señorita? Preguntó solemnemente.

- Creo que todavía no es capaz. Ella es muy buena, incluso, es mi mejor alumna, sin embargo, esto es algo que va más allá del capricho de una madre. - Simon dijo. El hombre golpeó la mesa con los puños y miró furioso a Simon.

- En primer lugar, no es un "capricho", Sr. Cowell. Esa mujer de ahí… - dijo y señaló directamente a Camila. - De alguna manera desconocida para todos, pudo despertar a la chica después de catorce años que estuvo en coma. Es justo quererla cerca. - Dijo serio. - Y en segundo lugar, mi pregunta fue para la señorita Cabello, así que cuando no se solicite su discurso, por favor, cállase. Los músculos de la mandíbula de Simon se tensaron antes de asentir.

-- Sí señor. - respondió con seriedad. A pesar de que era el jefe de su departamento, todavía tenía que aceptar lo que dijera el director del hospital, por lo que se vio obligado a callar.

"Entonces, señorita Cabello, ¿cree que puede hacerlo?" - Camila, que tenía las manos entrelazadas a la espalda, dio un paso adelante.

- Bien podría decir que sí señor, al fin y al cabo es un tratamiento que ya he hecho, pero en este caso en particular prefiero que me acompañe el señor Cowell. La sonrisa de suficiencia del hombre se abrió, como si dijera que tenía razón todo el tiempo.

- ¿No te sientes segura todavía sola? - preguntó el jefe del hospital con curiosidad, cruzando los brazos.

- Me siento completamente segura, pero quiero lo mejor para la paciente y el Sr. Cowell tiene más experiencia.

- Pero la Sra. Jauregui insiste en que eres la fisioterapeuta de Lauren. Le expliqué que aún no se ha graduado, pero la mujer es un hueso duro de roer. - dijo riendo. - ¿Qué sugiere, Cabello?

- Bueno ... El señor Simon podría acompañarme y asegurarse de que estoy haciendo todo correctamente. - sugirió completamente asustada.

-- ¿Qué? Simon preguntó, perplejo. - ¿Estás sugiriendo que yo sea tu ayudante?

- Me encanta la idea. - Dijo sonriendo el jefe del hospital. - Espléndido. ¿Puede decirle a la Sra. Jauregui que pase por mi oficina, señorita? Quiero advertirles que comenzarán mañana. - Camila asintió.

"Si me permite intentar hacerla cambiar de opinión ..." - Simon intentó, pero la risa del Sr. Ruppert lo interrumpió.

- Se quedarán los dos, pero como sé que esa mujer es irrebatible, esté preparada, señorita Cabello.

- Debe estar loca, no es posible. - dijo Simon, viendo al hombre frente a él cerrar su expresión en el acto.

- Cuidado con lo que dices, Cowell, esa mujer va más allá de la madre de un paciente. Ella es una gran amiga. Ella ha estado en este hospital desde antes de que yo me convirtiera en jefa, así que le pido amablemente que no la vuelva a mencionar de esa manera.

-- Lo siento, señor.

- Pueden retirarse. - dijo el hombre, escuchando a Camila decir un "disculpe" antes de irse.

La Morena aceleró el paso para alejarse de Simon, porque sabía que escucharía alguna provocación, y agradeció a Dios por haber llegado pronto a la habitación de Lauren. Esta vez no hubo necesidad de llamar a la puerta, ya que estaba abierta.

- Hola, hermosas mujeres de este hospital. - dijo Camila sonriendo.

- Mami, ella vino. - Dijo Lauren emocionada, viendo a Clara reír.

- Dije que vendría, ¿no? Camila preguntó y Lauren asintió.

- Cuéntale a Camila sobre tu nueva amiga, hija. - dijo Clara y Lauren sonrió.

- Camz, hice un amigo que dijo que pronto sería un adulto. - Camila torció la boca y frunció el ceño y se acercó.

-- ¿Como asi?

- Ella me dijo que no apresurara las cosas. - Dijo Lauren lentamente, recordando no pasar por alto las palabras. - Y dijo que con el tiempo me voy acostumbrando.

-- ¿Ah sí? - preguntó Camila sonriendo.
- Y su nombre es Ally y ella es mi nueva psy ... cna. - Camila no pudo evitar reírse cuando escuchó eso.

- Psicólogo, ángel. - corrigió Camila.

- Ella es la mejor en su área. - dijo Clara emocionada. - Dijo que como la mente de Lauren no tiene problemas físicos, tampoco tiene problemas psicológicos. Es común actuar así, después de todo solo disfrutó hasta los seis años.

- Totalmente plausible. - dijo Camila sonriendo.
- Sugirió que Lauren saliera con gente de su edad para desarrollarse mentalmente; también sugirió escuelas para recuperar el tiempo perdido. Cielos, parece que tenemos mucho trabajo. - dijo Clara riendo, pero había miedo en su discurso. Camila tomó su mano y la apretó suavemente.

-- Lo conseguiras. - Dijo ella con una sonrisa. - Hagámoslo . Aah, el Sr. Ruppert pidió que fuera a su oficina. Clara asintió.

- En un momento volveré, querida. - Dijo Clara, dándole a Lauren un beso en la mejilla, que le rascó los ojos mientras dormía. - Te importa...

-- No se preocupe. Yo me ocuparé de ella. - dijo Camila y la mujer le agradeció amablemente antes de salir de la habitación.

- Camila, ¿por qué estás fuera tanto tiempo? Lauren preguntó con curiosidad.

- Necesito practicar y estudiar para terminar el año con éxito. - Dijo Camila en voz baja.

- ¿Estás leyendo? - preguntó Lauren con una mueca y Camila se rió.

-- También.

- Ya sé leer, aprendí con cuatro. Papi me enseñó, pero mami dijo que ahora enseña a niños pequeños en el cielo. - Camila respiró con tristeza y se sentó en el borde de la cama de Lauren.

- Sí y estoy segura de que es el mejor profesor que hay. Lauren asintió y miró confundida a Camila.

- Todo es muy extraño. Lauren confesó con un suspiro. - Recuerdo que estábamos los tres en el auto, recuerdo a papi aflojando su propio cinturón y arrojando su cuerpo frente a mí y después de eso recuerdo a mami hablando y… - Sus ojos verdes se fijaron en los de Camila. - Y tu voz. Parece que todo fue el mismo día.

- Bueno, ahora eres una niña grande y ...

- Sí. Incluso tengo senos. - dijo Lauren riendo. - Lo toqué ayer y es real. Pon tu mano para ver… - Camila torció el rostro y negó.

- Una regla ahora que eres grande: no pidas que te pongas las manos en los senos. Es algo muy íntimo, ¿Si? - Camila no podía explicar la parte sexual que un día probablemente querría que alguien jugara, eso era algo para el futuro. - No se lo enseñes a nadie.

- ¿Ni siquiera tú? Lauren preguntó confundida.

- Mucho menos para mí. - Dijo ella con prontitud. No quería ser estúpida y faltarle el respeto a Lauren ni siquiera en sus pensamientos.

-- Correcto. - dijo Lauren.

- Laur, ¿solo escuchaste mi voz después del accidente?

- Entendía a mami. - confesó Lauren. - Pero no escuchaba su voz con claridad, no puedo explicarlo. - Camila asintió. - Me estaba contando una historia sobre ella y papá y luego te escuché. Claramente, cada palabra que dijistes.

- Quería saber por qué solo a mi me escuchabas, pero estoy contenta con que ustedes dos estén bien. - dijo Camila sonriendo.

- Quizás sepa por qué. - Camila levantó una ceja sorprendida ante eso.

-- ¿Porque?

- Porque mami solo lloró. - dijo Lauren seriamente. - Y luego viniste tu y la hiciste reír. Quizás a mi cerebro le gustó eso.

En un Parpadeo ~TraducciónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon