capitulo 31

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Las chicas se besaron apresuradamente mientras se proyectaba una película en la televisión. Camila apenas podía respirar, pero se negó a dejar de besar a Lauren. La mujer gimió suavemente cuando Lauren arrastró sus uñas a su espalda debajo de su camisa y no pudo resistir apretar la cintura de su novia, acariciando su vientre lentamente.

- Camz, por favor… - susurró Lauren en un quejido, mientras Camila descendía un rastro de besos por el cuello de la chica.

Camila lo quería, Lauren lo quería, así que ¿por qué no? Fue el pensamiento impulsivo de Camila lo que la hizo deslizar la mano por los pantalones deportivos que llevaba Lauren, acariciándola por encima de las bragas. Jadeó cuando sintió lo húmedas que estaban las bragas de la chica.

"No haré nada más que ayudarte. No iré más lejos". Lo repitió por dentro como un mantra.

- Eso es bueno… - gimió Lauren suavemente, inconscientemente abriendo las piernas y cerrando los ojos para disfrutar del toque de Camila.

- Te ayudaré a detener el impulso, ¿de acuerdo? - murmuró Camila, viendo a Lauren asentir y juntar sus bocas de nuevo.

Los dedos de Camila comenzaron a masajear el clítoris de Lauren sobre la tela, haciendo que la chica se retorciera debajo de ella.

- Camz, esto es muy sabroso… - gimió Lauren, mordiendo el labio inferior de Camila para sofocar un fuerte gemido. Camila aceleró sus movimientos, sintiendo las uñas de Lauren arrastrarse por su espalda.

-- ¿LO ES? Preguntó Camila, casi estallando de su propia emoción.

- Sí, te estás aprovechando de mí. Todos lo saben. Ustedes se aprovechan de los inocentes.

Aprovechada.

Aprovechada.

Sus ojos se abrieron y Camila se sentó en la cama, mirando a su alrededor. ¡Maldita pesadilla del infierno!

Sintió la incomodidad en su intimidad y se levantó, cerró la puerta con llave y volvió a la cama. Habían pasado cuatro fines de semana desde que Lauren había venido por primera vez a su casa y desde entonces no podía dejar de excitarse con simples toques o tener esos sueños en los que Lauren o Clara la acusaban de aprovecharce.

Sabía que no lo era, pero sabía que había pasado demasiado tiempo sin tener un orgasmo. Probablemente por eso estaba tan frustrada en estos días. Terminaría ahí, pensó.

Camila se quitó toda la ropa y miró su reloj, en menos de una hora tendría que recoger a Lauren, era una rutina de sus fines de semana que la pasaban juntas, mientras que a mitad de semana Camila la visitaba. En casa por las mañanas, después de que todas sus clases y prácticas hubiera terminado.

La chica suspiró y se concentró en Lauren: No estaría mal masturbarse pensando en ella ahora, ¿verdad? Después de todo, ya no era tan inocente en ese asunto y ya le había dejado claro a Camila que estaba emocionada con ella. Ese pensamiento hizo que Camila se llevara una mano a la clavícula y acariciara la región, hasta los senos. Sus dedos índices y pulgar se cerraron contra el pezón hinchado y lo apretó ligeramente, mientras su otra mano se deslizaba por su vientre hasta llegar a su clítoris.

No necesitaba mucho, estaba completamente excitada, así que comenzó a masajear el nervio rígido, recordando los besos calientes que ya había intercambiado con Lauren, recordando la suavidad de la piel de la mujer, la suavidad de su toque contra su cuerpo. Arqueó la columna vertebral cuando sintió que estaba cerca.
Santo cielo, cuánto tiempo no había experimentado la sensación. Su centro palpitó en clamor por el orgasmo cuando Camila insertó dos dedos dentro de ella, gimiendo suavemente ante la abrumadora sensación que dominaba sus sentidos.

Ella inició un delicioso movimiento de ida y vuelta y, con el pulgar, acarició su clítoris. Aceleró sus movimientos cuando sintió que estaba al borde, su cuerpo ya estaba sudado por los movimientos rápidos y gracias al calor que la inundó, pero no fue suficiente, por lo que apretó su pecho con más ganas y sacó los dedos. desde dentro de ella, llevándolos completamente empapados hasta su clítoris y comenzando a masajear el nervio con los dedos que antes estaban dentro. Ella gimió cuando sintió lo mojada que estaba y aceleró aún más, aplicando más presión.

Sé venia.

Estaba apunto.

Podía sentirlo.

Sin embargo, un golpe en la puerta la hizo saltar de miedo.

-- ¿Quien es? - preguntó Camila, sintiendo la frustración y el mal humor inundando cada célula de su ser.

- Lauren y Clara están abajo. - gritó Wilker en respuesta, haciendo que Camila se preocupará. Siempre era ella quien iba a buscar a Lauren.

- Diles que me voy a dar una ducha muy rápido y en un segundo estaré abajo. - Dijo, recogiendo su ropa del suelo. - Y diles que se sientan cómodas. - advirtió finalmente, dirigiéndose hacia el baño.

No podría terminar lo que comenzó, nunca funcionaba bajo presión, por lo que ni siquiera se molestaría en intentarlo de nuevo.

[...]

-- Hola cosa linda. - dijo Camila nada más bajar las escaleras, dándole un beso a Lauren, después de todo Clara ya se había acostumbrado, porque Lauren se negó a despedirse sin un beso decente, como solía llamarlo. - Hola Clara. - dijo Camila, dándole un beso en la mejilla a la mujer.

- Hola cariño. - Respondió Clara con dulzura. - No es necesario que pongas esa cara, solo vine porque Lauren dijo sentir nostalgia y quería contarte la noticia. - habló riendo al ver la expresión de preocupación en el rostro de Camila.

-- ¿Noticias? - preguntó Camila confundida, pero se congeló cuando vio a Lauren levantarse lentamente del sofá y caminar por la habitación. Sus ojos escudriñaron la habitación en busca de muletas, pero no las encontró.

- Oh Dios mío ... - dijo con incredulidad. - Estoy ... estoy tan feliz. - Exclamó Camila, al ver a Lauren acercarse a ella y tocar su rostro gentilmente.

- ¿Por qué lloras, Camz? Preguntó Lauren, limpiando una lágrima del rostro de Camila.

- Porque mi novia está completamente bien y eso me alegra mucho el corazón. Son lágrimas de alegría, tonta. - explicó Camila, pegando su frente a la de Lauren.

- Ahora podré bajar las escaleras y preparar nuestro desayuno como tú lo haces. - dijo Lauren sonriendo.

- Camila, ¿podemos hablar un momento antes de que me vaya? - preguntó Clara y Camila asintió.

- Claro, ¿Ahorita volvemos si? - preguntó Camila, dándole un beso a Lauren y asintiendo a Clara para que la siguiera a la cocina. - Estaba pensando, si querias venir a pasar los domingos con nosotras sería muy feliz. No me gusta la idea de dejarte sola durante todo un fin de semana.

- Lauren anda exigiendo una cierta libertad normal para su edad, prefiero no estorbar. - Dijo Clara con torpeza, acomodándose en una de las sillas de allí. Camila imitó su movimiento y también se sentó.

- Lauren ama tu compañía y yo también. No te preocupes por eso. - dijo Camila, tomando la mano de la mujer.

- "Creo que necesitan un momento de privacidad y, bueno ..." - Se aclaró la garganta. - Mi límite de restricciones se ha excedido en gran medida, así que estoy de acuerdo con eso. - respondió riendo y Camila asintió.

- Bueno, ¿de qué querías hablar? - preguntó la más joven.

- Sobre, hm, ustedes. - dijo la mujer avergonzada. Camila arqueó una ceja. ¿qué tendría que decir Clara? ¿Sobre ellas?

En un Parpadeo ~TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora