Capitulo 25

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Sus ojos verdes habían estado clavados en los fierros frente a ella durante casi un minuto, tratando de asimilar lo que Camila le había dicho que hiciera. Confiaba en Camila, sin embargo, su verdadero miedo la abofeteó en la cara: ¿Y si no puede?

- ¿Qué tal si lo intentamos más tarde? Lauren preguntó y Camila se rió suavemente.

- ¿En qué nos pusimos nosotras de acuerdo cuando cambiará el año, eh? Preguntó, levantando una ceja, pero sin perder nunca su sonrisa.

- Que este año caminaría antes de que llegue la primavera. - dijo Lauren y Camila asintió.

-- Exactamente. - Le dijo. - Y para eso necesitas empezar a entrenar en la barra paralela. Lauren se humedeció los labios pensativamente antes de mirar a Camila con miedo.

- ¿Y si no puedo?

-- Podras. - Dijo con vehemencia. - Tus brazos ya están fuertes para soportar tu peso, ahora necesitamos trabajar más tus piernas.

- ¿Por qué mis brazos están bien y mis piernas todavía no? -- Preguntó.

- Nuestras piernas requieren más fuerza de nosotros, lo conseguirás. - insistió Camila con paciencia. - Para ir a la piscina de tu casa en unos meses quiero que estés bien, si no, no iré. - Le impuso. La boca de Lauren se torció y miró a la barra antes de volver a mirar a Camila.

- ¿Sin Camz en traje de baño o bikini? - preguntó, Camila contuvo la risa.

- Sin Camz en bañador o bikini. - Dijo irreductiblemente, lo que provocó un largo suspiro en Lauren.

- ¿Me enseñarás a nadar bien? - Lauren era inteligente, quería negociar.

- Sí, pero necesitas probar la barra.

- Si me caigo, ¿no te ríes? - preguntó avergonzada.

- No te caerás. Estaré justo detrás de ti, lista para abrazarte. - informó Camila y Lauren tomó aliento antes de asentir.

- Está bien, llévame a ella. -- Pidió. Quería, a toda costa, volver a caminar; quería los paseos que Camila le prometió; Ojalá pudiera tener la libertad de tomar un baño sola; poder subir sola la bendita escalera; poder acostarse sola, porque aunque esto era algo que podía, su madre siempre la colocaba a dormir.

No es que se quejara, pero había días en los que realmente quería estar sola. Ese era un sentimiento nuevo en los últimos días, después de todo, ella siempre había odiado estar sola, pero tener gente encima de ella todo el tiempo le estaba empezando a molestar un poco, pero no le diría nada a nadie, ella. no quería ser ingrata.

Camila ajustó su silla de ruedas frente a la barra y extendió ambos brazos hacia ella, haciendo que la Ojiverde tomara sus manos. Ese, de lejos, era su toque favorito: el de Camila. Habían pasado tres semanas después de Navidad, pero ya extrañaba a Camila durmiendo a su lado, porque la verdad era que Camila contaba las mejores historias, sin embargo, lo que más llamó la atención de Lauren fue la voz elocuente de Camila, llena de vida, haciendo que cada personaje se entendiera perfectamente.

- ¿Lista? Camila preguntó y Lauren tragó, pero aún asi asintió. - A la cuenta de tres harás lo que te dije, ¿Si? - Nuevamente Lauren asintió.

-- Correcto. - Dijo Lauren preparándose.

- Uno ... - Camila comenzó a contar, tratando de contar con seguridad, pero sus entrañas estaban ansiosas y nerviosa. - Dos ... - Clara se acercó un poco más, no podía esperar por eso. -- Tres. - Dijo al fin, viendo a Lauren tomar un impulso y, con la ayuda del leve tirón de Camila, la chica se puso de pie.

En un Parpadeo ~TraducciónWhere stories live. Discover now