RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)

Capítulo 51 "Inseguridades"

El tiempo se acortaba para Reth, el año escolar estaba próximo y él debía tomar una desición, quedarse como él director del internado o renunciar a todo por Astrid, sus pensamientos se esfumaron de él al ver a la causante de sus dudas aparecer por la puerta con su hermosa sonrisa.

-Hola mi amor, -Dijo acercándose ha él y abrazándolo-, te traje esto mi amor, -Le regaló un chocolate como lo hacía en todas las mañanas antes de ir a clase-.

-Gracias linda, -La besó en los labios-.

-Nos vemos luego, -Sonrió antes de salir por la puerta-.

Las clases habían transcurrido con normalidad, todo parecía estar yendo bien, sobre todo para Becca que sentía como Mirt se acercaba a ella, las miradas cómplices que ambos tenían eran la envidia de Rachel que desde hace días había dejado de recibir a Mirt en su habitación y ahora buscaba la forma de desquitarse de esos dos.

A las cuatro las clases habían terminado y todas regresaron a sus dormitorios, aunque Astrid prefirió ir al aula de música a tocar el piano, la melodía "Tell it like it Is" de Aaron Neville fue la escogida por ella y también la que atrajo a Drac, se paró en la puerta para escucharla cantar y miles de recuerdos volvieron a su mente, esa joven le recordaba mucho a la mujer que el tanto había amado y que había muerto morir en sus brazos.

-Por favor toca otra para mi, -Pidió llamando la atención de Astrid-.

-Profesor Drac, -Dijo sorprendida-, no lo escuché llegar.

-Siento haberte asustado, tocas muy bien el piano.

-Gracias profesor.

-Entonces..., ¿Puedes tocar otra canción para mí?

-Por supuesto, -Se sentó a su lado para escucharla, la dulzura de la joven lo había atrapado, pasaron algo más de una hora tocando canciones para él y entre risas, y conversaciones el tiempo se les había ido de las manos-.

Caminó con dirección al salón de música, luego de buscar por todo lado ha Astrid y no encontrarla, sabía que lo más probable era que estuviera ahí, miró por el cristal encontrándose con una escena que para nada le gusto, no sabía de qué hablaban pero el ver que su sonrisa se la dedicaba a otro lo puso celoso.

-¿Interrumpó?, -Preguntó entrando en el salón-.

-Buenas noches profesor Reth.

-Buenas noches señorita Astrid, ¿qué haces aquí Drac?

-Yo estaba escuchando cantar a nuestra alumna, tiene una bonita voz.

-Sí lo sé, deberías ir al comedor, la cena ya se ha servido, -Contestó usando un tono que hizo que Drac notara su molestía-.

-Que bien, tenía hambre, adiós, -Se despidió saliendo del salón-.

-Tu también deberías ir a cenar Astrid.

-¿Pasa algo mi amor?

-No pasa nada, -Respondió indiferente-.

-No te creo, -Contestó acercándose hasta las ventanas y cerrando las cortinas-.

-La cena se enfría, es mejor que vayas al comedor, -Repitió intentando salir del salón, sintió la mano de Astrid aferrarse a la suya y en un rápido movimiento lo acercó a ella y lo besó, se aseguró de poner seguro para que nadie pudiera entrar y lo distrajo-.

-No me interesa la cena, -Susurró sobre sus labios-, no es comida lo que quiero en estos momentos, -Lo llevó hasta el, sillón que estaba frente al piano e hizo que se sentara quedando a horcajadas sobre él-, no me gusta que te enojes conmigo.

-No estoy enojado, nunca podría estar enojado contigo, -Lo tomó del rostro y volvió a besarlo, sintió sus manos subir hasta los botones de su blusa dejando al descubierto sus pechos que atrapados en el sostén subían y bajaban con dificultad tratando de normalizar su respiración, abrió los broches que la prenda tenía al frente y liberó sus senos, subió sus manos por su espalda buscando tener fácil acceso a ellos, rodeó el pezón con la lengua haciendo leves succiones en ambos pechos mientras ella se aferraba a su cuello deseando que continuara, deslizó su mano por debajo de su falda buscando llegar a su intimidad y la rozó suavemente, buscando provocarla hasta que la sintió humedecerse, aprovechó su docilidad y hundió dos de sus dedos en su interior haciendo movimientos que por poco la llevan al orgasmo-.

-No te detengas Reth, por favor.

-Juntos linda, -Abrió el cierre de su pantalón liberando su erección, dejándole ver cuánto la deseaba, recorrió la fina tela que cubría su monte de Venus y entró en su interior de forma lenta, sus movimientos eran suaves pero profundos, cada beso y caricia la marcaban como suya-, dime que eres mía, dime que me amas, -Pidió sobre sus labios mientras la llevaba a disfrutar del más sublime frenesí-.

-Soy tuya mi amor y te amo, -Aseguró buscando sus labios para dar algo de consuelo al orgasmo que terminó por arrasarla-.