Capítulo 92 "El Dolor Del Adiós"

3.8K 575 91
                                    

Seis, seis hermosos meses habían pasado ya y su pancita no dejaba de crecer, era satisfactorio ver lo mucho que habían cambiado las cosa para todos, sobre todo para ella que disfrutaba del amor incondicional que le daba su chico, lo mucho que se preocupaba por ella y lo atento que era, pero lo que más la tenía contenta, era que tanto Reth como su padre habían podido superar sus diferencias y retomar su amistad, pero había alguien que le preocupaba, su amiga Becca, deseaba de todo corazón que ella Mirt pudieran arreglar su situación, pero las cosas parecían ir de mal en peor entre los dos.

— ¿Todo bien pequeña?, —Pregunta Reth entregándome una manzana y un yogurt—.

—Si mi amor, —Sonríe, le encanta que tenga esos detalles con ella, que se preocupe, hace que se sienta importante para él—.

— ¿Necesitas ayuda con tu trabajo?

—No cariño, ya casi termino.

—Perfecto, entonces vuelvo en una hora para irnos a almorzar, —La besa antes de salir por la puerta de la oficina y regresar a la suya—.

"Se sentía destrozada y sabía que ya no había nada por hacer, no había vuelta atrás y lo mejor era marcharse, empacó todas sus cosas y dejó su carta de renuncia sobre el escritorio de Reth, era hora de irse, de alejarse de él, se había puesto muy feliz cuando lo había vuelto a ver, pero el saber que estaba casado hizo que sus esperanzas murieran por completo, Reth amaba a su esposa y tendrían una familia, y ella ya nada tenía que hacer ahí, se había puesto celosa de Astrid al punto de ser grosera con ella, pero bien sabía Judit que la joven no tenía la culpa de nada, esos meses a su lado habían sido una completa tortura, ver el amor que esos dos se mostraban le hicieron abrir los ojos y tirar la toalla, su corazón ya no le pertenecía y ella ya no podía con su dolor, con ese nudo en su garganta que le quitaba la respiración y la lleva al borde de la locura, su adiós era definitivo".

Miró a Judit recoger sus cosas en una caja, aunque no entendía muy bien el porqué, ¿estaba yéndose?, la escuchó sollozar y pudo notar que estaba llorando.

— ¿Todo bien Judit?, —Se acercó hasta ella y esta se apresuró a secar sus lágrimas—.

—Sí señor, —Respondió evitando verlo a la cara—.

— ¿Te vas?

—Sí.

— ¿Por qué?

—Es mejor así.

—Si tú crees que es lo mejor te deseo suerte Judit.

—Es lo mejor para los dos, sobre todo ahora que usted ha amado de nuevo.

— ¿Qué?

—Sabe, es increíble lo mucho que las personas mienten, lo mucho que pueden jurar amar a alguien y luego simplemente reemplazarla con otra, creo que al final el amor es más fuerte solo en una de las dos personas.

— ¿De qué hablas?, —La miró confundido sin entender—.

—Espero que sea feliz señor Reth, —Lo tomó del rostro y besó su mejilla—, espero que pueda tener la familia que no pudo tener, pero sobre todo, —Dijo tomando su mano y poniendo un anillo en ella para luego cerrarla—, espero que seas feliz mi dulce ángel, —Finalizó usando un apodo cariñoso que solía decirle Alma—.

La vio salir entre lágrimas sin entender que era todo lo que acababa de pasar, ¿de qué hablaba?, bajó su mirada y abrió su mano para ver qué es lo que la joven mujer dejó en su mano, pero esto solo lo dejó más confundido, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al ver el anillo que Judit le había dejado y no pudo evitar quebrarse al ver el nombre de Alma grabado en el mismo, era el anillo con el que le había pedido que fuera su novia..

Salió en precipitada carrera tratando de alcanzar a la mujer, pero todo fue en vano ella ya se había ido, volvió a su oficina y trató de buscarle una explicación a todo lo que pasaba, pero no había nada que pudiera darle una respuesta, sus palabras daban vuelta en su cabeza una y otra vez abriendo heridas del pasado que él creía haber cerrado ya.

— ¿Nos vamos a almorzar?, —Interrumpió Astrid entrando en la oficina y sacándolo del limbo en el que se encontraba—.

—Sí, vamos, —Se dirigieron hasta el restaurante, pero casi no comió nada, su mente hacia un recorderis de cómo lo trataba Judit, de lo atenta que era, de cómo se preocupaba por él, de la familiaridad con que lo trataba y de lo celosa que se había puesto al enterarse de que estaba casado, ¿qué era todo eso?, ¿por qué ella tenía ese anillo?, ¿cómo sabía el apodo que Alma usaba con él?, ¿qué diablos estaba pasando?

—Mi amor, ¿estás bien?, —Cuestionó Astrid al ver que casi no había comido—.

—Sí.

— ¿Seguro?, no has comido.

—No tengo mucha hambre, es todo, —Fingió una sonrisa para tranquilizarla—.

Al regresar a la casa la situación fue la misma, estaba distraído pero pudo excusarse diciendo que era por el estrés del trabajo, aunque bien sabía él que no era así, guardó el anillo que Judit le había dado en un lugar donde Astrid no pudiera encontrarlo y se decidió a descansar un poco, aunque no lo logró.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Where stories live. Discover now