Capítulo 54 "Rendición"

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Temblaba como una hoja en pleno viento de verano y no paraba de llorar, se estaba muriendo, escuchó unos pasos acercarse a su habitación y pensó erróneamente que era Alessandra.

—Con que aquí estabas, —Escuchó decir furioso a su padre que entraba a su habitación—.

—Papá quiero estar sola.

—Siempre es lo mis contigo, nunca te cansas de avergonzarme, eres igual que la cualquiera de tu madre.

—No vuelvas a mencionar a mi madre, —Respondió enojada enfrentándose a él—, no eres más que un amargado resentido, por eso mi madre prefirió a tu hermano, —La miró con sorpresa al escucharla y pronto su furia se ensañó con ella, la bofetada la tomó por sorpresa, pero no logró hacer que se amilanará, le devolvió la cachetada dejándolo en blanco—.

—Como te atreves muchachita insolente, —La tomó del pelo y la tiró con fuerza en la cama sin darle tiempo a nada, varias bofetadas le fueron dadas en el rostro logrando dominarla y no tardó en sacarse el cinturón para castigarle como si de una niña se tratara.

Sentía que la garganta le ardía por los gritos que salían de su boca debido al dolor que le provocaba tener la piel herida y desgarrada por el castigo que ejercía su padre con ella—.

—Becca ábreme, —Gritaba Alessandra desde el otro lado tratando de forzar la puerta que se encontraba cerrada y que ella en vano trataba de abrir, corrió con dirección a la dirección en busca de Reth, pero no lo encontró y en el camino solo consiguió chocar con Mirt—.

—Oye tranquila, puedes herir a alguien, —Bromeó—.

—Mirt necesito tu ayuda.

—¿Qué pasa?, —La miró con preocupación al ver el semblante que tenía—.

—Alguien está con Beca, pero no sé quién, solo escuchó ruidos en su habitación y Becca no ha parado de gritar, intenté entrar pero la puerta está con seguro, —Subió en precipitada carrera y abrió la puerta de un patazo, le tomó un segundo alejar al padre de Becca y le tomó menos tiempo iniciar una pelea en la que tuvo como único fin molerlo a golpes—.

—¿Qué está pasando aquí?, —Preguntó Reth irrumpiendo en el lugar y separándolos—.

—Voy matarte, —Amenazó Mirt intentando golperalo de nuevo, pero Reth intervino—.

—No más Mirt, y usted, —Se dirigió al padr de Becca—, fuera de aquí, —Dijo sacando al golpeado hombre del internado —.

— Becca, —Se acercó Mirt hasta ella, tenía la blusa rasgada en la espalda y la piel de la misma marcada, algunas de sus heridas sangraban, la cubrió con su leva y la estrechó entre sus brazos tratando de consolarla y de calmar su llanto—, tranquila mi niña, ya pasó.

—Hay que curarla, —Propuso Alessandra—.

—Yo lo haré, déjanos solos por favor.

—¿No necesitarás ayuda?

—No, yo puedo solo, gracias, —Salió del lugar y él aprovechó para llenar la tina con agua tibia, cargó en brazos a Becca y la llevó hasta el baño donde la desnudó—, todo estará bien.

—Duele, —Se quejó—.

—Lo sé nena, pero necesitamos limpiar las heridas para poder curarlas, —Dejó que sus lágrimas se mezclaran con el agua y se perdió en los cuidados de él hombre que la había traicionado. Había curado sus heridas y la había arropado, era increíble la empatía que sentía por ella en esos momentos, verla tan vulnerable lo había destrozado y lo único en lo que podía pensar era en cobrarle todo lo que le había hecho, se recostó su lado y la abrazó acariciando mimoso su rubia cabellera, — todo va a estar bien, te juro que ese tipo jamás volverá a tocarte, yo cuidaré de ti, —Prometió, pero ella ya no le creía—, nos vamos a ir de aquí apenas te gradúes y no tendrás que verlo nunca más, —Aseguró tomándola del rostro y besando su frente, una sonrisa irónica se dibujó en sus labios acompañada de una tristeza en su mirada que le hizo darse cuenta que algo iba mal, pero que él pensó erróneamente que se debía al altercado que había tenido con su padre.

 Oír sus promesas hicieron que algo en ella muriera, ¿iba a cuidarla?, imposible, sobre todo cuando él era la principal causa de su desgracia y dolor, escucharlo decir que escaparían juntos como tantas veces se lo propuso ella, terminó por desolarla, si tan solo le hubiera dicho eso antes de enterarse de toda la verdad, seguramente que hoy sería la mujer más feliz del mundo y no desearía morirse como lo deseaba en ese momento, pero ahora ya nada le importaba no ahora que estaba dispuesta a acabar con todo y ponerle fin a su sufrimiento.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Onde histórias criam vida. Descubra agora