Capítulo 65 "HOME"

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Había conducido por un par de horas para llegar a su destino, hoy tendrían una noche especial, sería su última noche juntos.

—Llegamos, —Dijo Reth parqueando el auto frente a un restaurante—.

—¿Es aquí mi amor?, —Preguntó maravillada observando el lugar y Reth no tardó en ayudarla a bajar del auto—.

—Si princesa, es aquí, —La tomó de la mano y caminaron juntos al interior del lugar que se encontraba muy bien decorado, una mesa adornada con flores y velas le dio un toque romántico al inicio de la velada que Reth había preparado para ella—.

—¿No habrá más gente aquí?, —Miró extrañada el resto del vacío lugar —.

—No Astrid, sólo seremos tu y yo, he mandado a cerrar el restante para que solo nos atiendan a nosotros.

—¿Por qué has hecho todo esto Reth?

—Porque te amo, y porque que quiero que esta noche sea especial para los dos, —La cena fue servida mientras los músicos hacían más amena la velada, hoy todo debía ser perfecto—, ¿me concederías esta pieza princesa?, —Extendió su mano hasta ella y Astrid aceptó gustosa la propuesta—.

La canción " Fly Me Yo Te Moon" de Michael Bublé sonó y ellos tomaron la posición de baile, el amor se respiraba en el aire, al menos así lo sentía Reth, juntó su frente con la de ella y suspiró sintiéndose completo, sintiendo erróneamente que al fin había acabado su calvario, que al fin tendría un hogar.

A las diez de la noche y luego de varios bailes, decidieron que era momento de irse, quedaba una sorpresa más, la más importante.

—¿A dónde vamos ahora mi amor?

—Pronto lo sabrás princesa, no comas ansias.

—Ok, ok, seré paciente entonces, —Se dirigieron hasta un lugar apartado de la ciudad un hermoso jardín con flores y árboles frutales les dio la bienvenida, la propiedad se veía espaciosa, al igual que la casa—, ¿y esto?, —Observó maravillada la enorme cosa que llena de lujos parecía un palacio de la realza—.

—Este será nuestro hogar, —Respondió abrazándola de la cintura—, mañana luego de casarnos, tú y yo viviremos aquí.

—Esto debió costarte una fortuna.

—He ahorrado por años, siempre tuve la esperanza de que encontraría a alguien con quien formar un hogar y vivir la vida que me arrebataron, pero ven, —La tomó de la mano—, te enseñaré el resto de la casa, — Caminaron por el comedor que lucía lo bastante amplio para solo dos personas, la cocina era espaciosa y hermosa, pero lo que más llamó su atención era el enorme salón con un piano—, lo traje para ti, —Susurró en su oído—, sé lo mucho que a mi princesa le gusta la música, pero ven es hora de que conozcas las habitaciones, —Subieron por las gradas de madera y fueron hasta el segundo piso que estaba compuesto por una biblioteca y algunas habitaciones—.

—¿Está es la última habitación?

—Si mi amor, y también la más importante, —Abrió la puerta dejando ver a su paso un cuarto muy adornado, aunque lo más llamativo era la cama—.

—¿No crees que es algo grande Reth?

—Cuando te tenga ahí, —La giró hacía él hasta rozar sus labios—, a esa cama le hará falta espació, —Afirmó mirándola lleno de deseo—.

—Esta..., esta muy bonita, —Contestó entre torpes palabras al sentir su cercanía—, sabes, es algo tarde y mañana debemos levantarnos temprano, así que es mejor irnos y...

—De rodillas, —La interrumpió con un tono de voz que hizo que todo su ser se estremeciera—.

—¿Qué?

—No lo repetiré dos veces princesa, hazlo, —Ordenó de forma sutil— , y no quites tus ojos de los míos.

Sentía a su corazón latir a mil por hora al escuchar tal petición, no sabía a donde quería llegar con todo eso, pero la situación le excitaba, clavó su mirada en la suya y descendió lentamente hasta que sus rodillas tocaron la suave alfombra,

—Mírate, —Caminó alrededor de ella observándola de pies a cabeza como un lobo listo para comerse a su presa—, eres tan dulce, tan tierna, —Acarició su mejilla hasta llegar a sus labios y sumergió el pulgar entre ellos, su respuesta no se hizo esperar rozó con la lengua el pulgar haciendo leves succiones—, eso es, buena chica, ahora quiero que hagas lo mismo con mi lengua, —Se agachó hasta quedar a su altura y lamió su labio inferior hasta introducir por completo su lengua en su boca, subió sus manos hasta su rostro, pero él no dejó que lo tocara y las llevó hasta dejarla tras su espalda—, sin tocar princesa.

Saqueó su boca sin casi dejarla respirar y deslizó la yema de sus dedos por su vestido hasta llegar a su intimidad y rozarla por la fina tela que la cubría y había empezado a humedecerse.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Where stories live. Discover now