Capítulo 55 "Un Error"

4.6K 693 113
                                    


¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?.

¿Que tanto estas dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo puedo dar todo y quitar también, ¿Aceptas el trato?

Al fin lo había conseguido, había acabado con su estabilidad emocional y mental, aquella hermosa joven de dulce mirada y tierno sentir lo tenía viviendo en un mundo lleno de confusiones, en un infierno que poco a poco lo volvía loco y que lo consumía en un sin fin de inseguridades, inseguridades que muchas veces Astrid logró apagar con encuentros íntimos que buscaban mantener una farsa que él ya no creía más.

Sentado en su oficina, Reth llenaba por milésima vez su copa con whisky buscando alejar de su corazón por un momento a quién se había convertido en el amor de su vida, aun no entendía que había pasado, ¿había hecho algo mal?.

—Sí, hiciste algo mal, —Escuchó decir a sus espaldas—, te enamoraste.

—¿Qué?, ¿ahora lees la mente?, ­—Preguntó tomando otro sorbo de su trago—.

—Yo lo sé todo Reth, que no se te olvide eso, —Contestó sentándose frente a él mientras encendía un cigarrillo—.

—Sí, el gran Lucifer lo sabe todo.

—Parece que no aprendiste de tus errores Reth, una y otra vez juraste que nunca amarías a otra mujer, ¿Qué fue lo qué te paso?

—No lo sé, —Dijo pasando sus manos por su cabeza, estaba agotado—.

—Parece que los ángeles nunca dejan de ser ángeles, no importa lo que les dé, a la larga su debilidad termina siendo la misma, te elegí para que fueras el director de este internado porque eras quién llevaba más años sirviéndome, tuviste las mujeres que quisiste, ¿por qué ella?, —Lo miró sin entender el porqué de su obsesión con Astrid—.

—Porque con ella vuelvo hacer yo, ella me recuerda mucho a.....

—A Alma, —Lo interrumpió—.

—Si.

—¿Entonces va de eso?, ¿buscas un reemplazo?

—No, no busco reemplazar a nadie, las personas no son cosas, no estoy con ella porque busque a alguien que ocupe el lugar que tiene Alma en mi corazón.

—¿Entonces Reth?, ¿qué es lo que buscas en ella?

—A mí, ese hombre que alguna vez creyó que esta asquerosa humanidad merecía sr protegida, durante años he vivido siendo alguien frio e indiferente hacia lo que pase con los demás, desde que Alma murió juré que te serviría para vengarme del destino que Dios me había dado, pero ahora esa joven ha llegado a cambiarlo todo, es como la luz al final del túnel.

—O tal vez sea inicio de la oscuridad que te lleve al abismo.

—¿A qué te refieres?

—A que la perdición también puede tener el rostro de un ángel, —Le advirtió antes de desaparecer de la misma forma en que había aparecido—.

Cerró sus ojos con fuerza y aventó el vaso de cristal haciendo que este se reventara en mil pedazos, las palabras de Lucifer solo había aumentado sus dudas y aumentado su desconcierto.

—Con que aquí estabas, —Sonrió Astrid entrando en la dirección—, ven, — Lo tomó de la mano—, vamos a dormir.

—¿Dónde estabas Astrid?

—Salí.

—¿A dónde?

—A dar una vuelta.

—¿Con quién?

—Con Drac.

—Las alumnas no pueden salir de aquí.

—Drac dijo...

—Drac no es el director, no puedes salir sin mi autorización.

—Vamos mi amor, —Intentó abrazarlo pero él se alejó—.

—Esta vez no Astrid, no vas a convencerme, ya estoy harto de esta maldita situación, —La tomó por la fuerza del brazo y la acercó a él—, quiero una respuesta y la quiero ya, ¿qué es lo que tienes con Drac?, ¿a qué juegas?

—Reth suéltame, me lastimas, además estas muy tomado.

—Entonces responde mi maldita pregunta.

—Ya te dije que me sueltes, —Forcejeó, pero él hizo más fuerte el agarre?.

—Que me sueltes, —Lo abofeteó pensando que se enojaría, pero no fue así, un agotado Reth cayó de rodillas frente a ella y se abrazó a su cintura completamente roto por su traición—.

—Por Dios Astrid, me estoy muriendo, —Le soltó agotado—, no eres la misma mujer que conocí, tu indiferencia me está matando, al menos dime que hice mal?

—Reth por favor no hagas esto

—¿Hacer qué?, pedirte que me expliques ¿dónde fallé?, ¿es que a caso ya no me amas?

—Claro que te amo.

— Si me amas aléjate de Drac.

— No puedo hacerlo.

— ¿Por qué?

— Porque lo necesito cerca.

— ¿Por qué?, —Volvió a preguntar—.

— Nunca lo entenderías, —Fue lo último que supo responder y que terminó por hundirlo en la desolación—.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant