Capítulo 68 " Verdades Dolorosas"

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Parecía casi imposible separarlos, tanto así que el mismo Lucifer tuvo que intervenir para que se separaran.

—No más, Ezra Yannick, saquen de aquí a Drac.

—Bravo, bravísimo, —Dijo una voz mientras aplaudía—.

—¿Lawrence?, —Miró Drac con asombro a la mujer que en ese momento interrumpía—.

—Veo que aun no me has olvidado Drac.

—Los errores no se olvidan Lawrence, —Respondió haciendo que la mujer se enojara—.

—No importa lo que digas Drac, hoy es el mejor día de mi vida y nada lo arruinara.

—¿Lo conoces?, —Preguntó Astrid sin entender—.

—Claro que lo conozco, tu padre era mi prometido, pero me dejó por la estúpida de tu madre, me ha tomado años vengarme, pero ha valido cada segundo de espera, por larga que esta fuera, te dije que me las ibas a pagar, —Se dirigió a Drac—, y tú, —Miró a Astrid sintiéndose poderosa—, me has ayudado.

—¿De qué estás hablando?

—¿Qué de qué estoy hablando Astrid?, habló de que tú has sido la pieza fundamental para destruir a tu padre y al entrometido de su amigo, ¿creíste que me había olvidado de ti?, —Se acercó a Reth—.

—Estás Loca, —Afirmó Reth limpiándose la sangre que salía de su labio—.

—¿Qué es lo que está pasando?, ¿de qué va todo esto?, —Exigió saber Astrid—.

—Tú padre nunca te abandonó, yo les pague a los de criminalística para que te hicieran pasar por muerta, —Confesó—, el plan era muy simple, llevarte al internado en que trabajaba fue muy fácil, hacer que te maltrataran, para luego fingir que te protegía también, no sabes lo mucho que disfrute envenenándola en tu contra Drac, lo siguiente era esperar a que crecieras para meterte en el internado, aunque sabes Reth, ella hizo su parte, —Señaló a Astrid—, supo enamorarte y convertirte en el despojo patético que eres ahora, dime, ¿dónde quedó el gran Reth?, ya no vales nada.

—Maldita, —Reaccionó furioso Drac al enterarse de la verdad y pronto intentó acercarse a ella—.

—No lo vale Drac, —Lo contuvo Alessandro—.

—Desgraciada, —Reaccionó Astrid entre lágrimas abofeteándola—.

—¿Es lo mejor que tienes?, —Rió Lawrence burlándose en su cara—, gracias a ti he logrado hacer que tu padre sufra y he terminado con la amistad que esos dos tenían, sabes, tu padre y Reth se querían como hermanos, ¿sabes por qué?, porque fue Reth quien intentó salvar a tu madre cuando pasó lo del incendio.

—Tú dijiste que él la mató, —Reclamó Astrid entre lágrimas—.

—Mentí, al igual que tu mentiste haciéndole creer que lo amabas, quién diría que tu hija terminaría con ustedes dos al acostarse con Reth, todo ha salido a la perfección, adiós Drac, —Exclamó sonriente al ver que su objetivo había sido logrado, dio un último vistazo a los tres en cuestión y caminó sintiéndose triunfante desapareciendo por la puerta de la iglesia—.

Un incómodo silencio se apoderó del lugar y pronto los invitados empezaron a irse, la situación se les había salido de las manos, a un costado una arrepentida Astrid miraba a Reth limpiarse la sangre de las heridas que le había hecho su padre, se había equivocado, había engañado a quien solo le profesaba amor y ahora nada volvería a ser como antes.

—Reth, —Intentó tocarlo, pero él no se lo permitió—.

—Eras mi vida Astrid, puse mi corazón en tus manos y lo destrozaste, pude darte el cielo, pero has escogido el infierno y puedes estar segura de que ahí te quedarás para siempre.

—Reth por favor escúchame.

—No me interesa escucharte, no me interesa nada de ti, hoy has muerto para mí.

—No Reth por favor mi amor, —Se abrazó a él, pero este volvió a alejarse dejándola envuelta en un mar de llanto, salió de la iglesia con Astrid siguiéndole los pasos y haciendo oídos sordos a las súplicas de su amada que le pedía que no se fuera—.

Tomó su moto y salió a toda velocidad del lugar, no quería seguir ahí, condujo hasta la casa en la que la noche anterior había compartido lecho con Astrid y se encerró en la misma, estaba furioso y no tardó en destruir todo lo que había en la casa, reventó con sus puños los espejos lastimándose en el proceso y ni eso parecía lograr apaciguar su ira, pasaron varios minutos antes de que su furia y frustración terminaran por derrotarlo, se dejó caer de rodillas en el suelo y cubrió su rostro con sus manos arrancando a llorar como un niño pequeño. 

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Where stories live. Discover now