Capítulo 95 "Un Amor De verdad"

4.5K 610 51
                                    

Había sido un día difícil para Reth, el funeral de Alma había removido recuerdos de un pasado que ya creía pasado y que abrió heridas que él creía cerradas.

—Te preparé algo de café Reth, —Dijo Astrid sentándose a su lado—.

—Gracias linda, —Dice tomándola de la mano y sentándola a su lado, sabe que hay preguntas en ella que aún no encuentran respuestas—.

—La querías muchas, ¿verdad?

—La amaba, —Responde causando incomodidad en Astrid—.

—Yo..., —Se queda en silencio por unos breves segundos—, es algo tarde, es mejor que descanses un poco, intenta irse, pero él la detiene—.

—Sé lo que estás pensando Astrid, y también se que hay dudas en ti que te agobian, pero mi tristeza no tiene que ver con lo que estás pensando, —La toma de las manos—, Alma fue alguien importante en mi vida, fue mi primer amor.

—Reth no sigas por favor.

—Debo hacerlo, necesito que me escuches, —Insiste—, cuando perdí a Alma pensé que nunca más volvería amar, hasta que te conocí, no tienes idea de lo que significas para mí, no tienes ni una mínima idea de lo mucho que te amo, —La toma del rostro buscando tener su atención—, no lloro por Alma porque siga amándola, lo hago porque me siento culpable de su muerte, porque siento que no pude hacer nada por ella, porque siento que no fuí capaz de amarla de la misma forma en que ella lo hizo.

—Tú no tienes la culpa de nada Reth.

—Yo siento que si, no supe reconocerla, ella se mató por mi culpa y yo no pude hacer nada para evitarlo, le rompí el corazón.

—Reth, —Lo abrazó comprensiva—.

—Nada de esto es tu culpa, no sabías quién era, eso no te convierte en una mala persona, me duele verte así.

—Astrid, ¿tú me amas?

—Con toda mi vida, —Reaponde besando sus labios—.

"Los días pasan, menos el suplicio de Reth que parece no tener fin, la culpabilidad no lo deja en paz y aunque Astrid trataba de apoyarlo, él sigue sumido en ese remordimiento que lo carcome".

—¿Mi amor, ya vienes a dormir?

—Ahora voy linda, solo terminaré de firmar unos papeles.

—Si quieres puedo esperarte.

—No linda, adelante y calienta la cama por mí.

—Está bien mi amor, —Dice entre sonrisa saliendo del despacho—.

—Por Dios Reth, —Escucha decir a sus espaldas quedándose helado al reconocer su voz—, si continúas así no me dejarás descansar en paz.

—¿Alma?, —La miró incrédulo, ¿podía ser posible?
—.

—Vamos a ver Reth, tienes una esposa que te ama y que te dará un hijo, ¿y tú sigues así?

—¿Alma?, —Volvió a preguntar haciendo que la presencia que tenía al frente sonriera, ¿era real?, ¿o sólo era un producto de su imaginación—.

—No soy un producto de tu imaginación, estoy aquí.

—Debo estar volviéndome loco, —Se acerca intentando tocarla, pero no lo logra, su mano parece traspasarla—.

—La que va a volverse loca soy yo, —Lo regaña—, tu dolor está atormentándome, tienes que parar.

—¿Alma?

—¿No harás nada más que repetir mi nombre?, —Se cruza de brazos—, estoy hablando en serio, debes dejarme ir ya.

—Yo tengo la culpa de que tú...

—Tú no tienes la culpa de nada, —Lo interrumpe—, Reth, lo nuestro fue algo hermoso, los mejores recuerdos  de mi vida te los debo a ti mi príncipe, —Lo miró llena de amor—, no tengo nada que reprocharte, sé cómo te sientes y eso me tiene mal.

—No puedo perdonarme lo que te hice.

—Yo ya lo hice Reth, por favor, sé feliz, vive la vida que se te ha sido otorgada y disfruta de esa hermosa familia que tendrás.

—Tú...

—Yo estoy bien, tú felicidad es mi felicidad Reth, ahora estoy en paz, por favor deja que me vaya, ya no me ates más a este mundo, ¿si?, —Pidió con una dulzura que hizo que sus ojos volvieran a llenarse de lágrimas—, no llores más mi hermoso príncipe, mejor regálame una sonrisa de esas que tanto me gustan y démonos ese adiós que tanto nos debemos, —Se acerca a él intentando en vano de acariciar su mejilla—.

—Eres una parte importante de mí, —Responde con un nudo en su garganta—, siempre ocuparás un lugar importante en mi vida y en mi corazón, nunca voy a olvidarte.

—Eso está mejor mi príncipe, —Contesta con una enorme sonrisa que ilumina su rostro—, adiós mi bello ángel.

—Adiós mi niña, —Replica mientras ve como el cuarto se llena de luz y ve a Alma desaparecer, al fin se había podido despedir de ella, se dirigió hasta su habitación para descansar, Astrid esperaba por él y por primera vez en muchas noches pudo dormir gracias a la paz que Alma le había dado.—.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Where stories live. Discover now