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Capítulo 36: Melissa.

Habían pasado alrededor de treinta minutos en dónde la chica americana no dejaba de llorar mientras se apoyaba en el pecho del chico de verdes cabellos.

Este no sabía que le estaba pasando a ella exactamente. Lo único que podía suponer era que ella llegó a Japón, le pasó algo malo y vino a buscarlo para que la ayudará.

Pero era muy difícil saber que le había pasado si lo único que hacía esta, era llorar y llorar.

—Debo hacer algo para calmarla... —Murmuró por lo bajo.

Esta lo tenía bien abrazado. No sabia exactamente que hacer. Podría soltarse y hablar con ella pero al verla fijamente, esta no parecía estar lista para hablar.

Por lo que no le quedó de otra que esperar.

Y así fue. Espero y espero a que Melissa se desahogara.

Debía ser paciente y no arruinarlo todo. Ella estaba sola al parecer. Su padre era su única familia pero cómo recordarán, le dieron unos veinte años de cárcel por atentar contra la seguridad de los habitantes y trabajadores de I-Island.

Sin duda alguna un crimen que no es perdonado fácilmente.

Por lo que supo Melissa se hacía cargo de los negocios de su padre ahora. Era igual de inteligente que él, incluso más. Pero al ser tan joven, tantas responsabilidades deben de generarle un estrés y una carga muy pesada.

Pero la verdadera pregunta es... ¿Qué hace en Japón? ¿No debería estar en Estados Unidos atendiendo los negocios de su padre?

Debía esperar para que ella le contará sobre su visita a la ciudad y que fue lo que le pasó.

Un rato después.

Ella se separaba lentamente de él y mientras se limpiaba sus ojos dijo.

—Gracias... —Agradeció. —Lamentó haber reaccionado de esa forma pero ya no aguantaba más... He sufrido mucho hoy... —Dijo muy triste.

Este simplemente negó con su cabeza.

—No es nada Melissa, para eso están los amigos... —Dijo Deku con una sonrisa. —¿Pero que fue lo que paso? —Preguntó de una vez por todas. Debía llegar al fondo de esto. Tenía que saber cómo ayudarla.

Ella se quitó sus lentes y con una expresión de dolor dijo.

—Mi padre murió...

Él abrió sus ojos lo más que pudo al igual que su boca. Esa era una noticia que no esperaba escuchar.

Oír que otra persona cercana a su ídolo de toda la vida, moría. Era algo que no le gustaba. Aún lamentaba la muerte de Sir Nighteye, pero más lamentaba la muerte de su ídolo.

Nada en este mundo se le puede comparar a un dolor tan grande. Era horrible. Observó a su amiga sin decir nada. Podía notar el dolor en sus ojos y en todo su ser.

—¿Cómo pasó eso? —Preguntó seriamente.

Ella negó con su cabeza.

—Los doctores de la cárcel donde estaba recluido dijeron que murió por causas naturales... Nada más... Aunque dijeron que seguramente murió por alguna otra razón... Pero eso nunca lo sabremos... —Dijo ella con pesar.

Hace unas semanas.

David Shield se encontraba duchándose en las regaderas de la cárcel donde estaba preso. Eran cómo las dos de la mañana.

Mi Chico Favorito. Where stories live. Discover now