-XXVII- Trabajo En Parejas 2: Parte 3.

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Uraraka y Toga llegaban a la casa de su compañero de estudio listas para hacer la tarea que su maestro les dejó. Para mala suerte de ambas llegaron al mismo tiempo y como enemigas que eran, pues no se toleraban entre si. Obviamente.

—Gorda —insultó la rubia.

—Perra —sorpresiva mente la castaña de defendió.

—¡Aaah! —Gritó Toga abriendo la boca lo más que podía. No creía que la gorda se podía defender. Si era inofensiva. —Así que, ¿La cerda es una cerda salvaje? ¿EH? —Murmuró ella con enojo.

Uraraka se arrepintió de decirle eso a una loca cómo la que tenía enfrente. Podría haber represalias contra su persona y ella no quería eso. Solo quería paz.

"A la verga la paz, hazla escupir sangre" —Se escuchó a la Uraraka mejorada en su mente. —¡AAAAAH! —Gritó al sentir cómo su cuerpo se movía y se abalanzaba contra la rubia.

—¡Ah! —Gritó Toga al ser empujada con fuerza por la glotona que tenia enfrente. –Ahora si sacaste boleto. —Amenazó mientras se tronaba los dedos.

Uraraka trago saliva. Una por que la alucinación esa empezaba a hacerla perder el control y otra por qué estaban a punto de darle la paliza de su vida.

—Espera... —Intentó detenerla. —Podemos hablar jeje... —Dijo con una sonrisa nerviosa.

Toga se detuvo a meditarlo mientras se tocaba la barbilla. Observó a sus alrededores. Estaban afuera de la casa del nerd de lentes. Era una casa de ricos y parecían nadar en dinero.

Vio que estaban frente a un jardín y solo tenían qué caminar un poco y llegarían a la puerta y tocar al timbre para que el idiota de cabello azul viniera a recibirlas.

—¡Morirás ya! —Gritó con furia mientras señalaba a la gorda qué había bajado la guardia. —¡AAAAAAAAAAAHHHHHH! —Gritó a todo pulmón mientras se abalanzaba contra ella.

—¡AAAAAAAHHHHH! —Gritó Uraraka al ver qué una bestia se le abalanzaba.

Ambas cayeron al suelo y empezaron a rodar a través del jardín. Iban rodando en dirección a la casa y no tardó mucho tiempo para que chocarán contra la puerta y la abrieran de golpe.

Mientras rodaban eran observadas por Iida. El chico las observaba con una expresión indescifrable desde el comedor. Este se encontraba sentado en la mesa con sus codos apoyados sobre esta. Sus anteojos no dejaban ver sus ojos y simplemente observaba a sus dos compañeras de escuela mientras peleaban cómo niñas de kinder.

—¡Quítate! —Gritó Ochako mientras alejaba a la rubia poniendo una mano en su cara.

—¡Obligame perra! —Gritó Toga también poniendo su mano sobre la cara redonda grasosa y obesa de la gordaraka. Debía hundirla.

Iida observaba fijamente aún. Desde hace días notó las diferencias entre ambas y la única forma de hacer que olvidarán dichas diferencias era trabajo duro obviamente.

Se levantó de su asiento y se acercó a ellas.

—¡Bienvenidas a la mansión Tenya señoritas! —Gritó con fuerza.

—¡AAAHHH! —Ambas saltaron al instante en que se ponían de pie adoptando una posición militar de firme.

Observaban con miedo mientras él se paseaba frente a ellas cómo si de un general se tratara.

—¡Les deseo buenas noches a ambas! —Exclamó este. —¡Es una linda noche para hacer la tarea y pensar en un futuro mejor! —Gritó nuevamente. —¿No lo creen chicas? —Preguntó con una sonrisa amigable.

Mi Chico Favorito. Where stories live. Discover now