Capítulo 37: Chicas Peligrosas - Parte 10: Final.

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Capítulo 37 - Chicas Peligrosas: Parte 10 - Final.

Las semanas pasaban y con ello el infierno en la vida de muchos de nuestro jóvenes aumentaba.

—¿Toga en serio te vas? —Preguntaba Midoriya a la rubia la cuál había tomado la brutal decisión de independizarse y de seguir adelante mientras tenía al bebé de nuestro héroe.

—Sip —Respondió esta de forma casual mientras arrastraba una maleta con rueditas hacia la salida. —Pero no te preocupes, vendré por el dinero que me debes de dar cada semana. —Dijo esta con una sonrisa.

Parte de ella estaba muy emocionada por el bebé que esperaba del hombre que amaba. Pero una parte de ella estaba aterrada. No se sentía lista para tener un bebé.

Así que decidió alejarse de él o si no la va a embarazar x2 y no quería eso.

Al abrir la puerta se encontró de frente con su mejor amiga.

—Hola Uraraka —la saludo.

—Hola Toga, ¿Está Deku-Kun en cas-¡UGHMMMM! —No pudo terminar su pregunta ya que ella le dio un beso en la boca.

Cosa que ya se le había hecho costumbre.

Al separarse la castaña miraba con una cara toda roja y los ojos bien abiertos a la rubia.

—¡Ya deja de hacer eso! —Gritó Uraraka.

Toga simplemente se encogió de hombros y con una expresión natural dijo...

—¿Qué? Es un beso de amigas.

Eso que dijo la rubia solo hizo suspirar a la castaña.

Toga no tenía remedio. Aunque Uraraka notó algo y es que la rubia llevaba consigo unas maletas.

—Toga-San, ¿Y esas petacas? —Preguntó la castaña con suma curiosidad.

La rubia sonrió y mientras se daba la vuelta y levantaba un poco su trasero, dijo...

—¿Estas? —Preguntó señalando su trasero.

¡SLAP!

Para luego darse una nalgada a si misma.

—Son las que le gustan a Midoriya —dijo con una enorme sonrisa.

La castaña simplemente se puso más roja.

—¡Yo no me refería a eso! —Gritó Uraraka muerta de la vergüenza. Una parte de ella estaba nerviosa y la otra quería matar a la rubia.

Desde hace un tiempo que tenía unos cambios de actitud que no son parte de ella. Pero más que aterrarle le empezaba a gustar y luego la volvía a asustar.

Ya ni sabía que le pasaba.

Pero primero lo primero.

—Me refería a la maletas Toga, al equipaje que llevas allí —preguntó ya más tranquila la castaña.

—Ah eso —dijo la rubia con una sonrisa.

La rubia levanto una de sus maletas y dijo.

—Me voy de la casa...

En ese momento Uraraka sentía un aire que le levantaba el cabello y que le daba en la mera cara. El cual le hacía sentir una paz fuera de este mundo.

—¿Y esta rosa? —Se preguntó al ver que tenía una rosa blanca en su mano.

Al fin el sueño de la castaña se había cumplido. Ahora cuando viniera a visitar a Deku por las noches, este estaría solo y sin ninguna rubia saltando sobre Él. Impidiéndole hacerlo con aquel que amaba tanto y deseaba qué estuviera dentro de ella todos los días de su maldita vida.

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⏰ Last updated: Mar 12 ⏰

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